RAFAEL FRANCÉS
Domingo, 13 de agosto 2023, 01:10
Mago, ingeniero informático, gaitero de la Banda del Centro Asturiano, karateca, simpático, introvertido -aunque pueda parecer lo contrario- y muy habilidoso con las manos, con las que cambia un billete de 10 euros por uno de 500 delante de tus narices sin que te percates ... del truco. Después vuelve a cambiarlo por el de 10 para devolverlo al ingenuo admirador de su hazaña; porque si devolviera el de 500... sus espectáculos serían demasiado multitudinarios. Su primer sueldo de ilusionista fueron 240 euros; ahora que el tiempo ha pasado, cobra más.
Publicidad
José Armas (Oviedo, 1985) es un mago ovetense que se ha abierto camino en el mundo de la ilusión después de mucha práctica y de derrotar a su timidez. Ensayaba en el despacho de su abuelo, de chaval, con las agujas del costurero de su abuela, intentando meterse doce en la boca con un hilo y sacarlas enhebradas. «Llegué a conseguirlo con veinticuatro agujas», cuenta.
Desde muy jovencito le entró la inquietud de la magia, pues «iba a la Feria de Muestras, que había un mago, y me quedaba horas observando cómo hacía los trucos». Aunque se pueda pensar que el culpable de su afición es el mago de la feria, la verdad es que la culpa la tuvo la supermodelo de los 80 y 90 del siglo pasado, Claudia Schiffer. «Me encantaba y se casó con el que era el mejor mago del mundo y una referencia para todos: el estadounidense David Copperfield», explica.
Estudió Ingeniería Informática y practicaba judo (es cinturón negro primer Dan). Se ríe cuando dice que es «una máquina de matar, aunque sólo en potencia». A la vez tocaba la gaita. Se ha hecho amigo del ilusionista entreguín Anthony Blake y su primer público «fueron los niños con cáncer del hospital y los niños saharauis que venían a Asturias en verano».
La primera actuación con público fue una gala en el Teatro Filarmónica para la Asociación de Niños con Cáncer. «Sólo pedía que se suspendiera porque estaba muy nervioso y muerto de miedo; más aún cuando me dieron el camerino de Arturo Fernández para rematar. Pero todo salió bien, incluso me aplaudieron. Desde ahí ya me dediqué a la magia y aparqué la Ingeniería Informática».
Publicidad
Hijo de José y María Felicidad, tiene dos hermanos más pequeños que él, Álvaro y Javier. Estudió en el colegio del Loyola y vivió su infancia y juventud en el barrio de Buenavista, donde jugaba al fútbol sin parar delante del antiguo Carlos Tartiere. Eugenio Prieto, expresidente del Real Oviedo y una de las personas más importantes del deporte asturiano, le regalaba pines cuando llegaba al campo «si le decía que yo era del Real Oviedo». Incluso vio a Michael Jackson desde fuera del estadio en aquel mítico concierto del 21 de septiembre de 1992. «Tenía yo seis años y recuerdo la gente acampada delante del campo de fútbol muchos días antes», rememora.
Armas te mira a los ojos y sonríe como si sólo con la mirada te fuera a hacer un truco. Igual le sirve con las chicas porque es soltero, pero si no lo consigue saca dos gomas de estirar y te deja boquiabierto.
3 meses por solo 1€/mes
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.