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G. D. -R.
OVIEDO.
Jueves, 17 de diciembre 2020, 00:38
Los concejales del PSOE abandonaron ayer la comisión de Urbanismo después de que el concejal del ramo, Nacho Cuesta, tratase de retirar dos mociones ... presentadas por los socialistas, referidas a obras en La Manjoya y Trubia. «Utiliza la comisión como su cortijo particular», criticaron a su salida. A las protestas por el proceder de Cuesta se sumaron las de los ediles de Somos y Vox, si bien estos continuaron en la reunión hasta su finalización.
El Reglamento General del Pleno permite, entre otras cuestiones, otorgar al equipo de gobierno de turno intervenciones sin límite de tiempo o impedir el debate de las proposiciones que no hayan sido dictaminadas favorablemente por mayoría, antes, en comisión. Eso hace que nadie en el poder desde 2004 lo haya modificado. Ayer estalló.
El concejal de Urbanismo, que lleva meses denunciando el «uso torticero» por parte de la oposición de las proposiciones de urgencia en los plenos, intentó retirar del orden del día, que él mismo aprobó y firmó como presidente, las dos mencionadas propuestas del PSOE. Los concejales socialistas se fueron.
«Es un dictadorzuelo», resumió a continuación el portavoz del grupo socialista, Wenceslao López. «Pretende arrogarse el papel de los funcionarios y ser él el que decida qué es o no una proposición o un ruego y cómo debemos hacerlo la oposición». A su lado, Ana Taboada, por Somos, puso en duda la capacidad jurídica del que fuera decano de los Abogados de Oviedo y le recordó que la Constitución protege el trabajo de los representantes políticos: «Es un ataque a derechos fundamentales», explicó. Ambas formaciones anunciaron que «estudiarán qué medidas tomar» ante un comportamiento «antidemocrático» que es «una gravísima irregularidad», apuntó López.
Cuesta se defendió acusando a la oposición «de montar el circo para salir en prensa» y que, «desde hace dos meses el partido socialista está utilizando una táctica burda y absurda» en la que, a su juicio, presenta como proposiciones lo que son ruegos. «En el reglamento del Pleno está claramente explicado lo que es cada cosa, qué es un ruego y en qué se diferencia de una proposición o moción», sostuvo. «Lo que no puede ser es que para pedir cosas como que se arregle una barandilla o se repare un argayo se pretenda abrir un debate de una hora de duración, más dictamen posterior , más posible elevación del asunto a pleno donde nos llevaría otra hora de debate».
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