La crisis continuada aboca al cierre del restaurante El Foralín

«Hemos decidido tomar un respiro. No hay fecha de vuelta pero seguro que nos volvemos a ver», apunta el chef. «Han sido dos años muy complicados, y la situación no tiene vistas de cambiar, así que hemos tomado la decisión coincidiendo con el fin del contrato de alquiler del local», explica la otra mitad del equipo, Marta Alonso.

El restaurante El Foralín acababa de cumplir tres años en la céntrica calle Asturias, adonde se trasladó desde la calle de Manuel García Conde con la idea de seguir creciendo. Pero la pandemia truncó la consecución del objetivo, el cual pasaba por sumar a la oferta los eventos aprovechando las dimensiones del local.

Martínez supo de niño que lo suyo eran los fogones. Tuvo contacto con el oficio en casa viendo a su abuela y bisabuela y llegado el momento se formó en la Escuela de Hostelería de Llanes. Más tarde, se profesionalizó en las cocinas de Siete Puertas (Llanes), Real Balneario de Salinas, La Corrada del Obispo y la Mar del Medio (ambos de Oviedo), Casa Marcial (Parres), La Salgar (Gijón), Gloria (Oviedo) y La Broche (Madrid), con Sergi Arola.

Una trayectoria relevante previa a abrir su propio negocio, al que llamó igual que su abuelo al barco con el que salía a faenar. Su cocina pronto empezó a recibir premios y a figurar en las principales guías gastronómicas. Es Bib Gourmand en Michelin y Recomendado en Repsol; en 2018, recogió la Caldereta de Don Calixto -que anualmente entrega el suplemento 'Yantar'- en la categoría de Cocinero con Proyección y su croqueta de jamón se llevó aplausos dos años después en el concurso que anualmente premia a las mejores en Madrid Fusión.

«No quiero despedirme sin dar las gracias a proveedores, clientes y amigos; sin vosotros hubiera sido imposible esta aventura», apunta el chef. El domingo será el último día de apertura.