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«Fue la agencia de viajes la que puso en aviso a la Policía». E. M. R. N., de 45 años e ingresada en el HUCA en estado grave tras tirarse desde un quinto piso el viernes por la tarde, y su madre A. R., ... cuyo cadáver apareció con evidentes signos de violencia, solían viajar con frecuencia, siempre a través de la misma empresa. Tenían prevista otra salida, con los billetes y el hotel reservados, pero como pasaban los días y no acudieron a recogerlos, según un vecino, a una trabajadora «le extrañó muchísimo» y dio la alerta. Así es como los agentes de la Policía Nacional acudieron pasadas las cuatro de la tarde al número 30 de la calle Augusto Junquera, en Ciudad Naranco; a la casa donde residían, solas tras la muerte del padre hace dos años, para intentar localizarlas.
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Cuando timbraron en el piso, el 5 D del citado portal, detectaron movimiento en el interior. «La Policía sabía que había alguien dentro porque vieron cómo se movía la mirilla», relató este residente, quien contó en ese momento a los agentes que hacía días que no las veía. Fue en el momento de asomarse a la ventana, para intentar averiguar qué ocurría en el interior de la casa de estas dos mujeres, cuando «la vi caer; debió asustarse».
Una caída, desde ese quinto piso, que produjo un gran ruido por el impacto. Otro vecino del tercero lo escuchó. Abrió la ventana y «me impresionó». Entonces se dio cuenta de que E. M. R. N. seguía con vida. «Bajé rápido al portal a abrirles la puerta a los de la ambulancia porque veías que estaba viva, se movía, y había que atenderla rápido», relató ayer, aún conmocionado por la tragedia, como todo el barrio de Ciudad Naranco.
El acceso al patio de luces se produjo a través de las viviendas. Javier Cabal, del primero, es mecánico y estaba trabajando en un bajo al lado del portal. Lo alertaron de que «una señora se había caído al patio» y subió rápidamente a abrir la puerta de casa a los Bomberos y los sanitarios. «Subí corriendo y la vi ahí. No quise mirar, aunque se la notaba consciente», declaró. Fue posteriormente cuando los agentes forzaron la puerta de ambas para buscar a la madre, a quien sus conocidos no veían desde hacía días, y se encontraron con la dantesca escena. El cadáver tenía signos de violencia.
E. M. R. N., que trabajó un durante un tiempo en un local de Salesas, aún no ha podido prestar declaración, ya que sufrió un fuerte politraumatismo y su estado es grave. Los servicios médicos informarán a los agentes de su evolución.
Según los vecinos, esta mujer tenía una mala relación con su madre. Los gritos y golpes eran habituales. «La madre solía cruzar la calle cuando coincidía con algún conocido, para no tener que hablar con la gente. Era muy reservada», comentó una vecina.
Las primeras investigaciones apuntan a un caso de matricidio, aunque tanto la Policía Judicial como la Científica aún están recopilando toda la información del suceso para trasladárselo a la autoridad judicial. Por el momento no se ha producido ninguna detención.
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