El confinamiento infantil en La Corredoria: menos deporte, más peso y uso de pantallas

Desde la medicina pediátrica son claras. En La Corredoria, tres de cada cuatro niños (78%) aumentaron su índice de masa corporal y uno de cada diez pasó a tener sobrepeso. Así lo recoge el estudio realizado en este barrio, el mayor de Asturias, y publicado por el grupo de trabajo de Abordaje integral del Exceso de peso infantil, perteneciente al área de Atención Primaria del ISPA, y el grupo de investigación de Dieta, microbiota humana y salud. Un trabajo que ha analizado los hábitos alimentarios, de actividad física, sueño, utilización de dispositivos electrónicos y pantallas, y la variación en el índice de masa corporal de 104 niños de entre 3 y 13 años de La Corredoria durante los meses de confinamiento el año pasado.

Así, de un 22% de obesidad registrada se pasó a un 33%. Por edades, los grupos de 3 a 5 y de 6 a 10 años fueron los que registraron un mayor aumento de índice de masa corporal, mientras que en el rango de 11 a 13 se detectó el mayor aumento de la obesidad. Además, «en todos los tramos de edad el aumento de obesidad fue más acusado en niños que en niñas», destacó la coordinadora del estudio, la pediatra jubilada Begoña Domínguez.

La otra gran perjudicada del tiempo que la ciudadanía permaneció confinada fue la actividad física. El descenso, en niños, fue de 2,8 a 1,2 horas al día. Un peligroso 17% del total admitieron no haber realizado ningún tipo de deporte y el 32% tan solo menos de media hora diaria. Este y el de la dieta son los dos factores clave del estudio. En cuanto a esta parte, si bien es cierto que las familias no percibieron «cambios importantes en la calidad de la dieta», sí describieron «un aumento del tamaño de las raciones», profundizó Domínguez. De entre los catorce grupos de alimentos estudiados se observó un incremento del consumo de dulces, bollería y aperitivos (un 29%), lácteos y derivados, y alimentos procesados (21%) y frutas (17%).

También aumentaron los tiempos de uso de todo tipo de pantallas (televisión, consola de juegos, tablets, redes sociales y las destinadas a tareas escolares). Más de la mitad de los encuestados aumentó el tiempo dedicado a pantallas de juegos y el aumento es significativamente más acusado en los tramos de los más pequeños. Ninguno le dedicaba más de tres horas al día antes del confinamiento, pero el 23 % de los niños de 3 a 5 años y el 31 % de los de 6 a 10 las superaban cada día durante el encierro. Por otro lado, los patrones de sueño no variaron de manera uniforme. El 15% de los encuestados afirmó dormir menos durante el confinamiento y el 35% más. La media de horas de sueño pasó de 9,6 a 9,9 y los pocos episodios de despertares nocturnos (6%) y pesadillas (3%) se presentaron en niños por bajo de los 11 años.

En ese sentido, concluyó la pediatra, «la pandemia continúa y hay que controlar también los efectos no infecciosos de la covid-19». Y lanzó dos mensajes. Uno a las autoridades, «que aumenten los recursos destinados a la Atención Primaria, que es vital para poder proporcionar a la población una atención de calidad y seguir investigando»; y un segundo a la población, «que se vacunen, que es uno de los elementos imprescindibles para evita muertes y disminuir el numero de casos», explicó, y también quiso agradecer a renglón seguido la «buena predisposición» de las familias de los niños participantes en el estudio.