Rosalía Agudín y Juan Carlos Abad
Viernes, 9 de marzo 2018, 03:01
El reloj de la plaza del Ayuntamiento de Oviedo estaba a punto de marcar las doce de la mañana. Amanda Granda esperaba con ganas que las campanas entonasen el mediodía. Quería gritar que basta ya de que las mujeres sufran cada día de su ... vida «menosprecios» por parte de los hombres y de que los micromachismos estén a la orden del día. Alega que estas situaciones no las sufren un grupo reducido de mujeres, sino que todas. Da igual que sea en el hogar que en trabajo, ya que en pleno siglo XXI hay personas que «nos siguen tratando como un objeto». «Fui camarera y oí muchos comentarios fuera de lugar. Además, las mujeres también sufren situaciones desagradables con sus parejas».
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Granda no acudió a la concentración sola. Iba acompañada de Lavinia Bianca Popa, cuyos labios estaban pintados del color del día: el morado. Ambas amigas tienen la misma opinión. «En la sociedad española todavía hay mucho machismo». En cuanto supieron que el 8 de marzo se convocaba la primera huelga feminista de la historia no dudaron ni un minuto en sumarse a ese movimiento y acudir a la movilización que tuvo lugar en la capital del Principado: «La libertad de las mujeres depende de actos como estos añadió». Eso sí espera que este huelga tenga repersución en la sociedad y que «avance». En caso contrario las mujeres seguirían viviendo desigualdades como el techo de cristal o la brecha salarial.
Esta situación la ha vivido Estíbaliz Herrera en primera persona. Trabajó en los cines del Entrego y su compañero ganaba «más dinero que yo» cuando ambos estaban desempeñando el mismo puesto. Por su parte, Inés Avilés lamentó que las mujeres «no pueden tener hijos». Si lo hacen renuncian a ascensos laborales y también «nos pueden echar». En su caso le parece sorprendente de que cuando una mujer sufre una enfermedad «parece que no es para tanto. Pero cuando es el hombre el que padece estos síntomas, «la situación cambia». También considera inadmisible que cuando haya empresarios que manden cargar peso a las embarazadas.
Las reivindicaciones también fueron gritadas en japonés. Chie Iloue acudió a la plaza del Ayuntamiento de Oviedo para pedir que las «mujeres somos humanos y se necesita igualdad». Al igual que Popa espera que este día histórico «tenga poderes» y que la sociedad evolucione. A la manifestación de Oviedo no solo acudieron mujeres de todas las edades. También hombres. Maxi Ámez calificó de «justicia y de ley» hacer huelga un día como ayer. Señala que con este tipo de actos «se construye un mundo mejor» donde las mujeres son iguales que los hombres.
De repente las agujas del reloj marcaron las doce del mediodía. Los organizadores de la concentración empezaron a pedir igualdad. Entre sus reivindicaciones eseá que «sin feminismo no hay revolución» o «hoy, 8 de marzo, nosotras paramos». También tuvieron un recuerdo muy especial para las víctimas de la violencia de género. Los asistentes clamaron que ni una mujer más puede ser asesinada a manos de su pareja.
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Mientras los ovetenses reivindicaba igualdad y el fin de la violencia machista, Sara Combarros, de la Comisión 8M Asturies se enorgullecía que la plaza del Ayuntamiento estuviese abarrotada. Es más mucjps no pudieron acceder hasta este punto de la ciduad y se concentraron en las calles anexas. A pesar de este «éxito» afirmó que aún era pronto para hacer evaluación de cómo discurría la jornada: «Esta no es una huelga tradicional. Las mujeres estamos en la calle y vamos a necesitar días para valorar cómo ha ido».
Las concentaciones no solo se hicieron en la plaza del Ayuntamiento. También en la sede de la Federación Asturiana de Empresarios de Asturias (FADE). Al frente de este acto estuvo su presidente, Belarmino Feito. Destacó que «la igualdad es un factor de competitividad en la empresa. Quien no la practique tendrá una peor amenaza que la sanción administrativa: la pérdida de talento».
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Medio centenar de estudiantes de la Universidad de Oviedo trataron de movilizar ayer al resto de alumnos de las diversas facultades para que apoyaran el paro. «Nos sumamos a la convocatoria de huelga desde las asambleas de estudiantes. Llamamos a un paro mixto porque entendemos que las mujeres nos tenemos que visibilizar en el ámbito laboral pero los compañeros tienen que apoyar la lucha», explicó Lidia Freire, una de las organizadoras del piquete informativo que partió a las ocho y media de la mañana de la facultad de Biología.
De allí, una representante de las asambleas de cada una de las facultades salió a su encuentro para tomar por unos instantes los pasillos y aulas del centro. El día sin embargo, fue tranquilo, la llamada a la huelga se cumplió mayoritariamente entre los estudiantes y los que asistieron a clase no encontraron impedimento. Los números que manejaba la Universidad como provisionales hablaban del 25% de seguimiento entre el PAS. Antes de que partieran de Biología, las consignas fueron claras. «Hoy el protagonsimo es nuestro. Si hay algún problema con algún profesor, hablamos nosotras, si es algo peor, con la Policía, hablamos nosotras. Los compañeros estáis hoy aquí para apoyar.
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En cada lectura del manifiesto se reivindicó una educación «gratuita, laica y feminista» para acabar con las «lacras de la homofobia y la misoginia» al tiempo que las estudientes recordaron que siendo el 61% de egresadas, «el 75% de los catedráticos son hombres y solo hay tres decanas en la Universidad de Oviedo».
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