Pelayo Gutiérrez prueba una prenda a un cliente en Bernardo. FOTOS: PABLO LORENZANA

El comercio de Oviedo se resigna: «Mejor esto que cerrados»

Las tiendas minoristas con permiso para abrir vivieron un flojo lunes de un puente tradicional antesala de las compras navideñas

J. C. A.

OVIEDO.

Martes, 8 de diciembre 2020, 01:08

Lunes de puente entre la Constitución y la Inmaculada. En el calendario de apertura de comercios en festivo, el antepenúltimo de los diez que estaban programados este 2020. Pasaron los de Semana Santa tras la persiana, pasaron a medio gas los del Pilar, ayer, con ... la Navidad a la vuelta de la esquina, las tiendas de proximidad se atrevieron a abrir en Oviedo a la espera del cliente madrugador que ya piensa en los Reyes Magos. Tras más de quince días clausuradas por el incremento de la incidencia de la covid en el Principado, los comerciantes respiraban entre la resignación y el alivio. Un «menos da una piedra» del capítulo primero del manual del autónomo. Porque lo cierto es que las calles del centro bullían de paraguas. Bolsas, menos. «La lluvia no ayuda, que la hostelería esté cerrada menos y venimos de un cierre perimetral que nos mató», indica Pelayo Gutiérrez de la boutique de caballero, Bernardo.

Publicidad

«Ojalá estuviera todo abierto, por lo menos nosotros lo estamos, que es mejor que estar cerrados», indica mientras atiende a un cliente. Que Asturias permanezca aislada del resto de provincias tampoco ayuda. «En el puente solía venier mucha gente de Madrid, la duda está en cuánta vendrá en Navidad», se pregunta. «Si no nos vienen los de fuera, si no se atreven a venir, a saber», añade.

Las calles Pelayo y Posada Herrera, Longoria Carvajal registran una imagen impensable hace unos días: Hay gente. Hay colas en los bares que abren para servir un café de llevar. «¿De verdad hay gente por la calle?», inquiere Eva Álvarez en su zapatería, Calzados Idara.

«La pregunta sería qué no nos pasa porque vamos al revés. Cuando hace buen tiempo nos cierran. Cuando nos abre, llega el temporal. Súmale a eso el 'Black Friday' que desde hace años se nota y que la gente espera a las rebajas», lamenta con el mismo mantra: «Mejor que estar cerrados...».

Publicidad

En la orilla opuesta de la plaza, Geny Fernández se afana en su floristería. Su sector operó como servicio esencial durante el segundo cierre y desvela algo de la psicología del comerciante: «No pensaba abrir, vine a hacer unas cosas, pero tuve gente por la mañana y me quedé». «Cuando alguien quiere comprar no hay otra, te tiran la puerta abajo si hace falta».

Este contenido es exclusivo para suscriptores

3 meses por solo 1€/mes

Publicidad