La Catedral de Oviedo reabre al turismo con grupos máximos de quince personas

Gallego hizo estas declaraciones mientras los primeros visitantes cruzaban el umbral para descubrir los secretos del transepto y la Cámara Santa, contemplar los recientemente restaurados retablos de la girola con la luz de la mañana o la capilla de Los Vigiles. El primero en entrar fue Pierre Syza, un peregrino suizo que lleva cuatro años recorriendo el Camino y al que la confluencia entre la ruta francesa y el Camino Primitivo ha traído de nuevo a la ciudad de Oviedo. «La pandemia me obligó a parar hace unos meses, pero ya estoy de vuelta, no soy sacerdote, esta es mi penitencia», explicó con gracia ante el Santo Sudario. «Me han llamado loco por hacer el Camino tantas veces», pronunció en una mezcla heterogénea entre francés, italiano e inglés, «pero vida solo hay una». Además, afirmó vehemente, «me encanta España, es un país muy espiritual».

Mientras tanto, en la entrada, Vanio Matos y Vilani Falcón, un matrimonio proveniente de Brasil que vive en Portugal, pagaban sus tickets. «Estamos recorriendo el norte en coche y teníamos que parar en la Catedral, es una de las más bellas de España con toda certeza», aseguraron. También tuvieron palabras para Oviedo y el Principado: «Su gente, la comida, los pueblos... es maravilloso».

La de este lunes fue una jornada pausada en cuanto a visitas, apenas para algún que otro peregrino descolgado y los turistas de fin de semana que decidieron alargar la estancia un día más en la capital. Este último fue el caso de los madrileños Beatriz Medino y José Hernández. Para la primera, quien desconocía que las visitas al templo se hubiesen retomado ayer, ver la Cámara Santa era una «tarea pendiente desde hace años». Algo que secundó su marido poco después: «Es un lugar magnífico, una asignatura pendiente que ya tengo aprobada», recalcó.

De explicar las medidas de seguridad se encargó el deán. Grupos máximos de quince personas, estancias cortas y fluidas en la Cámara Santa y el «horario de siempre (de 10 a 14 y de 16 a 19 horas, y una hora más a partir de junio)». «Por lo pronto esperamos grupos pequeños, si es que vienen, y estamos esperando por las reservas de otros más mayores. «Estamos contentos y con muchas ganas», reiteró, pero sobre todo con «necesidad». Solo en verano perdieron un 70% de visitantes.