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R. AGUDÍN
OVIEDO.
Martes, 11 de agosto 2020, 00:43
Emi Rodríguez compró una vivienda en Villarín hace cuatro años. Esta vecina de la localidad trubieca camina con la ayuda de dos muletas. Su marido, con una. La semana pasada se encontró con un problema importante de accesibilidad: la ambulancia para trasladarla a una sesión de rehabilitación en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) la recogió a quinientos metros de su casa ante la imposibilidad de acceder por lo empinado y las estrecheces del camino. Al regresar, lo mismo. Así que no le quedó más remedio que recorrer esta distancia a pie.
El matrimonio, al igual que el resto de vecinos de Villarín, vive con el temor de que si ocurre una emergencia se compliquen demasiado las labores de auxilio. «La carretera es tan estrecha que no llegan las ambulancias ni los bomberos», explica Rodríguez. Y ya se vieron en situaciones difíciles: «Una señora se puso un día mala y entre dos o tres vecinos la tuvieron que bajar hasta donde estaba la ambulancia. Necesitamos ya una solución», urge Rodríguez.
La lucha por la ampliación de la vía suma ya años. «El camino tampoco está asfaltado y menos mal que estos días hacía sol. Cuando llueve es mucho peor, porque la zona resbala y no puedo llevar un paraguas; no tengo manos para todo», detalla.
Los vecinos acuden de forma asidua al Ayuntamiento para exigir las obras. Se llegaron a presupuestar, pero siguen igual: «No nos hace caso ni esta Corporación ni las anteriores. Llevamos años pidiendo esta ampliación porque no solo es que no pasan las ambulancias, es que tampoco entra un camión de bomberos».
Las casas, indica Rodríguez, colindan con el monte y en «cualquier momento se puede desatar un incendio». Además, los vecinos tienen que conducir a diario por la vía con sumo cuidado. Los coches «no se cruzan». Tampoco accede hasta la zona el transporte escolar. «Tengo una hija de 15 años y tenemos que bajarla porque los accesos son estrechos», lamenta.
Para hacer las obras de mejora se necesitan «siete metros de ancho». Los terrenos que colindan con la carretera son privados, pero sus dueños están hasta dispuestos a ceder una zona de sus praos con tal de que su problema se solucione.
Esta no es la única obra que está pendiente en Trubia. La vía que cruza la localidad, según los vecinos, es «peligrosa» en su tramo inicial porque «no hay acera ni arcén» por el que transitar, y eso que existe una parada de TUA. A los usuarios no les queda más remedio que cruzar por el medio. Dos niñas ya fueron atropelladas hace tres años.
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