Canteli espera retomar los contactos con Patrimonio para el proyecto de la plaza de toros

Del plan de Ruiz Allen, el equipo de gobierno se centra en la primera fase de la actuación: la demolición del graderío alto, cuya ruina constructiva motivó el cierre del coso a partir de 2007. A Gabino de Lorenzo, aficionado a la lidia y a la fotografía taurina, se le cayó el coso a cachos y eso que planes para su remodelación no faltaron. Los hubo de iniciativa privada y alentados desde el Ayuntamiento, concursos de ideas e infografías variadas, pero los números para una concesión encajaban mal con los ya dudosos del palacio de congresos entonces en obras. En 2006, todos los planes chocaron con la catalogación de la plaza como BIC, tras un expediente de más de 22 años de inexplicable duración.

La intervención inicial diseñada en el plan y que el Ayuntamiento presentará al Principado contempla demoler el ruinoso graderío -un añadido de postguerra de ínfima calidad constructiva- y la reapertura de la plaza con un aforo reducido a 5.000 espectadores, aproximadamente la mitad de los asientos pintados sobre la cal de los tendidos del coso. La instalación de una cubierta, que el plan demoraba hasta la cuarta fase, tras la reconstrucción de la grada alta, se incluiría como una opción «siempre que sea económicamente viable», señalan las mismas fuentes.

El obstáculo es el mismo desde 2006. Patrimonio ya rechazó el plan director en 2015, alegando que había que preservar los valores históricos como modelo de la arquitectura burguesa del edificio, aunque del original de Juan Miguel de la Guardia no queden más que dos anillos de piedra.