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ROSALÍA AGUDÍN
OVIEDO.
Lunes, 4 de diciembre 2023, 00:19
El Campo San Francisco es el paraíso para los niños. En el paseo del Bombé está la pista de patinaje, el saltamontes, la noria, un tren sobre hielo y la casa de Papá Noel. La Herradura acoge ocho casetas hosteleras que ofertan productos típicos para ... estas fechas y que se pueden degustar en una gran carpa con mesas y sillas. Y en el paseo de la Rosaleda se ha instalado el tobogán de hielo, el tiovivo y una zona de hinchables, donde los niños pueden saltar durante una hora por diez euros.
La pequeña Martina, de dos años, ya había recorrido a media mañana de ayer la mayoría de las atracciones y en la locomotora disfrutó de un sitio privilegiado. «Ha sido muy divertido», dijo nada más bajarse y pedir a sus padres, Emma Rubio y Amador Montes, una «chuchería».
Más nervioso estaba Miguel, de ocho años. Junto a su padre acudió a la casa de Papá Noel para hacer sus peticiones: «Quiero las cartas metálicas de Pokémon y una montaña rusa de Lego». Está bien, pero primero había que pasar una pequeña prueba: «¿Recoges siempre tu habitación y los juguetes?». No dudó en contestar que sí, pero Santa Claus sabía que no siempre era cierto. «En casa está la elfa Lucía mirando y hay que recogerla toda». El pequeño no tardó en defenderse: «Ayer, por ejemplo, trasteé bastante el salón y ya está todo recogido», lo que gustó a Papá Noel. Después de que le informase que era un buen estudiante, este no dudó en pedirle un último favor: «La noche del 24 deja un cuenco de agua para los renos y para mí, leche». El sí no tardó en llegar. La cuenta atrás ha comenzado: quedan veinte días.
En la pista de patinaje, los mellizos Pablo y María, de seis años, se estrenaban en este deporte. Llevaban años pidiendo ir «y ya no les hemos podido decir que no», explicaban sus padres; mientras ambos caminaban de forma muy cautelosa para no estropear la cuchilla, con sus manos protegidas por los guantes y el abrigo bien abrochado para no pasar frío durante los deslices: «No tenemos miedo», había gritado Pablo antes de entrar. La faena no se les complicó.
La mañana de domingo estaba muy animada en el Campo. En la Rosaleda, con atracciones para todas las edades, los más pequeños se montaban en el tiovivo en compañía de sus padres; en los hinchables, niños como Pepe, de cinco años, no paraban de correr y saltar pronunciando los eternos ruegos para quedarse una hora más; mientras otros se lo pasaban en grande con los deslizamientos sobre el tobogán.
Todas estas atracciones están abiertas a lo largo del mes de diciembre y la primera semana de enero. Los horarios de apertura para los días lectivos es de cuatro a diez de la noche excepto para la pista de patinaje que abre todos los días sus puertas a las diez de la mañana.
Los días no lectivos, todas las atracciones estarán operativas tanto por la mañana como por la tarde. Además, la decoración navideña también se extiende por numerosos paseos. La diversión está más que asegurada en el Campo,
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