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ROSALÍA AGUDÍN
Lunes, 11 de septiembre 2023, 00:59
El Campo San Francisco guarda una larga historia en el corazón de Oviedo. El Archivo de la Catedral, según el libro 'Nombres y cosas de las calles de Oviedo', de José Ramón Tolivar Faes, «conserva una escritura que data del 1 de mayo de 1243» por la que el canónigo de San Pedro de Teverga, D. Fernán Alonso, realiza una «donación de una fuente y un prau a la Orden de Frailes Menores de Oviedo» para que funden allí «una casa». Una «carta de naturaleza», «o primer documento oficial en el que se cita formalmente» al Campo y que supone la conmemoración de sus 780 años de historia, según la plataforma Los Franciscanos.
No fue hasta 1534 cuando el pulmón verde fue declarado «público» convirtiéndose en «patrimonio de todos los ovetenses». En todo este tiempo su extensión ha ido creciendo hasta abarcar 90.000 metros cuadrados de los que 55.000 son espacios verdes, con 955 árboles de más de un centenar de variedades, según las memorias del Ayuntamiento.
Uno de sus hitos más importantes se remonta a 1830 cuando se mandó construir el Salón del Bombé. A lo largo de las obras, según este mismo libro, se reciclaron materiales de la desaparecida capilla de la Magdalena y de la puerta del Campo, derribada en plena guerra de la Independencia. Más tarde se colocaron las barandillas de hierro procedentes de la plaza de Porlier y su inauguración sirvió como festejo de la proclamación de la reina Isabel II.
Durante años fue uno de los escenarios más importantes con el llamativo kiosco, pero perdió parte de su protagonismo con la construcción del paseo de los Álamos. Las obras no estuvieron lejos de la controversia porque supusieron la tala de los álamos que se alzaban en el espacio; años más tarde se plantaron otros ejemplares.
En todo este tiempo, el paseo ha afrontado diversos cambios de nombre. El primer cambio fue paseo del Príncipe Alfonso, seis años más tarde se denominó paseo de Pablo Iglesias. Tras la guerra civil, se renombró como José Antonio Primo de Rivera, aunque el proyecto inicial era denominarlo de los Caídos.y en 1979 se le devolvió su nombre original: paseo de los Álamos.
Con lupa miran los miembros de la plataforma Los Franciscanos su futuro: «Nos oponemos a la excavación del subsuelo para la prolongación del aparcamiento de La Escandalera porque puede suponer un serio riesgo de desaparición de esta obra de arte», en referencia al mosaico de Antonio Suárez.
También instan la Dirección General de Patrimonio del Principado de Asturias a aprobar el Plan Director del Campo que está en su «poder desde hace unos dos años» porque será un «documento base para el tratamiento, mantenimiento y usos del Campo». «Será como un código de circulación para el tráfico o la Constitución para todos los ciudadanos», según comparan para a renglón seguido alabar el servicio de jardinería por su trabajo diario en este Jardín Histórico.
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Abel Verano, Lidia Carvajal y Lidia Carvajal
Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
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