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El doctor Guillermo Rehberger, durante su discurso, rodeado por el alcalde de Oviedo Alfredo Canteli y familiares. Alex Piña
«Tener en Oviedo una calle que se llame Doctores Rehberger me emociona»

«Tener en Oviedo una calle que se llame Doctores Rehberger me emociona»

Guillermo Rehberger agradece en nombre de la saga médica el homenaje de una ciudad a la que llegó su abuelo hace cien años

Paz De Alvear

Oviedo

Viernes, 11 de abril 2025, 18:27

En 1920, el doctor Federico Rehberger Kreigs, procedente de Weinheim (Alemania) se enamoró de Oviedo, también de una ovetense, y estableció su consulta en Altamirano. El cirujano dental alumbraba así, hace ya un siglo, a la saga Doctores Rehberger –que hoy en día representan la tercera y cuarta generación– y que ya tiene su calle en Oviedo –antigua Ángel Cañedo–, muy cercana al Palacio de los Deportes.

Bajo un sol deslumbrante, el sonido de las gaitas y la presencia de numerosas personalidades, la enorme familia Rehberger, encabezada por Guillerno Rehberger –nieto del fundador– recibió la placa de la calle de la manos del alcalde, Alfredo Canteli. Profundamente conmovido, se mostró «entusiasmo» por este merecido homenaje: «El poder tener una calle en Oviedo que se llame Doctores Rehberger es algo impensable, algo que me emociona», afirmó.

A su lado, el regidor, Alfredo Canteli, subrayó que «Oviedo hoy cumple con una verdadera obligación, que es reconocer los méritos de una saga familiar». Y recordó la llegada a la ciudad de Federico Rehberger Kreigs que «desarrolla un proyecto dentro de la odontología, un proyecto que se transforma y que llega hasta hoy creciendo permanentemente, donde ahora Guillermo y su hijo –es decir nietos y bisnietos del titular inicial– tienen un pequeño imperio dentro de esa rama», introdujo.

Dicho esto, el alcalde prosiguió: «Yo os quiero agradecer de corazón el que sigáis en Oviedo, que hayáis sido siempre fieles a Oviedo, sois una familia muy querida, una familia implicada en el futuro de Oviedo aportando empleo a Oviedo, que es una obsesión mía permanente; así que sigáis así muchos años y que sigáis ayudando a un Oviedo mejor, que sigáis prosperando en esa línea y agradeceros estos más de cien años. Oviedo cumple con aquellos que merecen algo», completó.

Tras la entrega de la placa de la calle, el doctor Guiller Rehberger Olivera, en su emocionado discurso durante el que le quebró la voz en más de una ocasión y jalonado por aplausos, comenzó también por los agradecimientos «al doctor López -Arranz, promotor de esta iniciativa, respaldada por el Colegio de Médicos y el Colegio de Odontólogos y Estomatólogos», representados en el acto por los médicos Luis Antuña y Pelayo Braña, respectivamente. También dio las gracias al Ayuntamiento, cuyo apoyo ha hecho realidad este reconocimiento«.

En plena calle, además de las personas mencionadas, arroparon a la familia el empresario Felipe Fernández, el abogado Jorge García-Inés, el párroco de San Juan, Javier Suárez, o el presidente del Real Oviedo, Martín Peláez, a quien Guillermo Rehberger agradeció su presencia al recordar que su abuelo jugó en el Real Estadium Club Ovetense. Muchos abrazos entre todos, aunque ningún saludo directo entre el alcalde y el presidente del Oviedo.

La familia y asistentes a la inauguración de la calle posan juntos; el doctor López-Arranz, promotor de la idea, y Martín Peláez y Felipe Fernández, entre los asistentes. Alex Piña
Imagen principal - La familia y asistentes a la inauguración de la calle posan juntos; el doctor López-Arranz, promotor de la idea, y Martín Peláez y Felipe Fernández, entre los asistentes.
Imagen secundaria 1 - La familia y asistentes a la inauguración de la calle posan juntos; el doctor López-Arranz, promotor de la idea, y Martín Peláez y Felipe Fernández, entre los asistentes.
Imagen secundaria 2 - La familia y asistentes a la inauguración de la calle posan juntos; el doctor López-Arranz, promotor de la idea, y Martín Peláez y Felipe Fernández, entre los asistentes.

En este escenario, el doctor Guillermo Rehberger repasó la historia de su abuelo, cómo se integró en la ciudad, se enamoró «de mi abuela Pilar» y estableció consulta en la calle Altamirano, comenzando «el ejercicio de esta bonita profesión». Sin embargo, hiló, «este reconocimiento es, sobre todo, un emotivo y merecido tributo a mi padre, el doctor Guillermo Rehberger Menéndez». Fue, subrayó, «uno de los más destacados estomatólogos de su época a nivel nacional, fundador de las Sociedades Españolas de Ortodoncia, Periodoncia e Implantología de Oviedo junto al doctor López-Arranz, el doctor Crespo, decano de la Facultad de Medicina, y don Teodoro López Cuesta, rector de la Universidad». La Escuela «ha convertido a Oviedo en una referencia en el campo de la ondonto-estomatología en toda España», y esto último, aclaró, «lo debemos al doctor López-Arranz».

No se olvidó de su madre, Paz Olivera«. Sin ella »la grandeza de mi padre no habría sido posible«, ambos tejieron »un legado profesional ético y humano, una referencia constante para mí«.

Llegados a la tercera generación, la suya, explicó que fue parte «de la segunda promoción de estomatólogos formados en la escuela de Oviedo», un privilegio que compartió con su «primo, socio y amigo, el doctor López-Fanjul». Juntos iniciaron el ejercicio de la profesión en «una pequeña consulta» y «hoy podemos decir orgulloso que aquella se ha convertido en una clínica donde más de 30 grandes profesionales trabajan a nuestro lado». Una tradición que sigue «en mi hijo Federico, desarrollado profesionalmente en el ámbito de la cirugía maxilofacial». «La continuidad de nuestra profesión, en manos de la cuarta generación, representa un motivo de orgullo, una responsabilidad y un compromiso renovado con nuestros pacientes y la sociedad asturiana». Asturias, concluyó, «siempre ha sido fértil en grandes profesionales de la medicina».

Bajo la placa de la calle, el propio Federico Rehberger incidió en «el orgullo» que supone la calle en una zona que «conecta dos barrios, el del Palacio de los Deportes y Los Prados. Estamos encantados».

El promotor, Juan Sebastián López-Arranz, por su parte, habló de la «satisfacción» que siente al ver esta calle a una saga médica que lo merece convertida en realidad. Y recordó, especialmente, al doctor Guillermo Rehberger Menéndez: «Siempre conté con él, él contó conmigo y sacamos hacia adelante la Escuela de Estomatología». Metas cumplidas.

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