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Luis Edgardo Chacón (Venezuela, 1959) estudió en Oviedo y años después, en 2017, decidió volver. Desde 2018 reside en El Milán, donde ahora ocupa la figura de alcalde de barrio.
–¿Por qué cree que le han elegido a usted?
–Aquí creamos, junto con ... otros venezolanos, la Asociación Venezolana Asturiana de Oviedo (AVAO) y así fue cómo nos conoció el Ayuntamiento. A raíz de eso participé en la lista de Alfredo Canteli para las elecciones y conozco a todos los concejales. Cuando me lo propusieron lo acepté con mucho gusto.
–¿Cómo le trasladan las consultas?
–Pues parece mentira pero por correo no me ha escrito nadie. Ha sido contacto directo con gente del barrio, yo las he canalizado y tengo algunas por gestionar. He pasado por locales del barrio dándome a conocer y ahora quiero incrementar eso. También por el boca a boca, tengo una solicitud muy formal de una vecina que me escribió por Whatsapp y ya ha sido canalizada.
–¿Qué pedía?
–Una reparación que es fundamental para nosotros es el parque de Ismael Fuente. En la prolongación del campus de El Milán el pavimento está bastante levantado. Esta vecina se comunicó conmigo por teléfono. Ella misma tomó fotos, fui al sitio, se lo pasé al concejal junto con el informe y él nos confirmó que ese proyecto ya estaba previsto, aunque estaba medio paralizado. Gracias a esto se reactivó y se va a solucionar. Es seguro que este año o a principios del año que viene se va a cumplir.
–Está previsto que se arregle este otoño.
–Efectivamente, pero precisamente por la denuncia de esta vecina a través de mi persona, porque estaba paralizado. Hubo un reconocimiento por parte del Ayuntamiento y esto demuestra la utilidad de la figura del alcalde de barrio.
–¿Le han trasladado más quejas los vecinos?
–Tenemos pendiente una cosa que es fundamental. Al final de la calle Francisco Rodríguez García, antes Amparo Pedregal, hay dos problemas. El primero, una plazuela pegada a la nueva rotonda de la Cruz Roja y ahí hay una barandilla sin prolongar. Deben prolongarla hasta un muro porque afecta a un edificio completo que da a la parte final de la autopista. Ya he trasladado la solicitud formalmente a quien corresponde,. Me han dicho que se va a hacer; se habían dado cuenta del error y lo están gestionando para completar ese trozo.
–¿Cuál sería el otro problema?
–En esa misma calle hay una queja formal de los vecinos sobre el semáforo. Es muy corto el periodo de paso para los coches. Yo lo conté y son cuatro coches los que pueden pasar nada más. Después inmediatamente cambia y pasa un tiempo de dos minutos diez segundos hasta que se vuelve a abrir y se forman grandes filas. Es una entrada principal, todos los coches que vienen de El Milán y de Teatinos van a converger por ahí, entran por ese semáforo a la rotonda de la Cruz Roja que comunica con el centro de la ciudad y la espera se hace muy larga. Esos dos detalles son producto de conversaciones que he tenido con vecinos.
–Es un barrio con mucha vida.
–Es un barrio pequeño de Oviedo, está entre Teatinos y Pumarín, pero existe. Estimo que viven entre 9.000 o 10.000 personas y tiene mucho movimiento por el campus de El Milán. Diariamente circula mucha gente: profesores, universitarios, trabajadores... Entran y salen, por eso es un barrio muy activo en la parte comercial de hostelería, además está muy cerca del centro.
–¿Interfiere el campus de El Milán en la vida del barrio?
–En absoluto, forma parte del día a día porque los estudiantes le dan vida al barrio y los comercios funcionan por los estudiantes. Es tan importante que los autobuses que vienen de Avilés y Gijón tienen una parada en la plaza de El Milán.
–Están muy cerca también de El Vasco.
–Sí, está haciendo frontera con nosotros. También voy a hacer una solicitud que me han comentado los vecinos sobre la plaza de la Poesía. Hay unos asientos con poemas escritos y está bastante deteriorado, porque los poemas están pegados. Es una de las cosas que tiene pendiente el Ayuntamiento. Esa plaza se inauguró hace casi tres años y tiene hasta grafitis en la parte de atrás de los asientos. La idea es recuperarlo.
–Otra de las peticiones del barrio es un centro social.
–Sí, hay muchas personas mayores. La excusa siempre ha sido que tenemos el centro social en la avenida Pumarín y el centro de día ubicado al lado del centro de salud de Pumarín, pero para las personas mayores sería bueno. Incluso en la zona donde está el parque porque les quedaría más cerca a los vecinos. Todos los barrios de Oviedo deberían tener su propio centro social para la gente mayor y para los chavales, para tener sus actividades sociales. No es una necesidad urgente, pero sí sería bueno que El Milán tuviera su propio centro social.
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