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GONZALO DÍAZ-RUBÍN
OVIEDO.
Jueves, 29 de marzo 2018, 01:06
Casi la mitad de la plantilla del Servicio de Extinción de Incendios y Salvamento acordó este miércoles someter a los distintos turnos del parque la propuesta de trabajar a reglamento como forma de protestar por la sentencia que considera que la muerte de su ... compañero Eloy Palacio en el incendio de Uría, 58 se debió a su «clara imprudencia temeraria». A todos los turnos y también a todos los servicios de Bomberos del país para coordinar «a nivel nacional» los esfuerzos para definir unos protocolos profesionales para todos los agentes de extinción de incendios de España.
La asamblea aprobó ayer aprovechar la manifestación de protesta convocada para el próximo día 3 para llevar «de manera conjunta con otras organizaciones» la demanda de los bomberos de Oviedo de contar con unos protocolos de actuación claros que eviten que, en caso de un accidente laboral, un juzgado acabe por dictamimar que la responsabilidad corresponde exclusivamente al trabajador y niegue cualquier indeminización a este o a su familia por los hechos.
La protesta surgió en respuesta al fallo del Juzgado de lo Social 2 que dictaminó que el fallecimiento de Eloy Palacio se debió en exclusiva a su «imprudencia temeraria» y que deja a su viuda y sus dos hijos sin otra ayuda que los 18.030 euros que paga el seguro municipal. Pero también después de que el Ayuntamiento, de la mano de la aseguradora, defendiese en el juicio que la muerte se debió a su «exclusiva responsabilidad», por lo que no había lugar a indemnización. «Estamos desamparados por el Ayuntamiento», explicaron fuentes del servicio. Cuando el escrito pase por todos los turnos y recabe las firmas de los trabajadores ausentes ayer de la asamblea, la intención de la plantilla es registrarlo ante el Ayuntamiento, pero no quedarse solo ahí. «Si la sentencia se hace firme, afectará a todos los bomberos de España», advierten. Tal y como está redactada, «casi cualquier intervención puede ser considerada una 'imprudencia temeraria'», como explicó el delegado de Prevención, Manuel Díaz Freire.
«No sabemos qué límites tenemos, qué puede ser considerado un 'imprudencia' para un bombero», destacó Emilio José Martínez, «si salimos del parque a una emergencia, tendríamos que respetar los semáforos». Manejar una autoescala, con un peso de quince toneladas, por las calles de Oviedo y sin respetar la señalización o los semáforos es algo que los bomberos hacen prácticamente todos los días, pero no hay ninguna orden escrita ni ningún protocolo que les exima de culpa en un accidente involuntario o de las posibles responsabilidades civiles derivadas de este «y más si el Ayuntamiento toma la decisión de atribuir un accidente durante un servicio muy complicado 'a la exclusiva responsabilidad' del trabajador», señalan las mismas fuentes.
«Vista la defensa del Ayuntamiento para librarse de toda responsabilidad en la perdida de dos edificios en el centro de la ciudad y de la muerte en acto de servicio de uno de sus trabajadores, como medida preventiva y urgente procedería por parte de la totalidad de la plantilla del SEIS la exigencia del cumplimiento estricto de la normativa laboral, de salud y seguridad así como la rigurosa aplicación de las disposiciones de los convenios y acuerdos vigentes», expone el delegado de Prevención. Por eso pedirán al Ayuntamiento la implantación inmediata de protocolos de actuación, pero también quieren que sean los mismos para todo el país. «El objetivo final será protocolizar todos los aspectos de las funciones de los bomberos, dándoles seguridad jurídica y unidad de criterios en la práctica profesional», señaló Díaz Freire.
La jueza del Social número 2 de Oviedo consideró que, pese a que no había ningún mando en Uría cuando Eloy Palacio y su compañero Juan Carlos Fernández, ayer presente en la asamblea, se bajaron de la cesta al forjado desde el que cayeron minutos después, ni tampoco constancia firme de que el bombero fallecido recibiese la orden de no bajarse del brazo articulado -«los testimonios son contradictorios», dice el fallo-, el único responsable de su muerte es el propio Palacio.
El fallo achaca, pese a ello, a Palacio «desobediencia a la instrucción recibida y reiterada» de atacar el fuego desde el exterior y sostiene que no era «exigible un grado mayor de diligencia» a los mandos del operativo «ante la clara imprudencia temeraria del trabajador fallecido». Para los Bomberos de Oviedo no hace sino complicar la toma de decisiones y afectar a un servicio muy debilitado.
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