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ROSALÍA AGUDÍN
OVIEDO.
Martes, 27 de julio 2021, 03:15
Tan solo 31 kilómetros separan a las plazas de toros de Oviedo y Gijón, pero su situación es bien diferente. Decenas de personas hicieron ... ayer cola en El Bibio para conseguir entradas para la Feria Taurina de Begoña que arrancará el día 13; mientras ninguna persona puede acercarse al coso taurino ovetense. Es peligroso. Desde el sábado, permanece vallado tras la caída de tejas y mortero a la vía pública. Una situación que fue subsanada, provisionalmente, por el Servicio de Extinción de Incendios y Salvamento (SEIS), que elaboró un informe, remitido al Ayuntamiento de la capital asturiana, en el que urge la toma de medidas por parte del área Patrimonio ante el «peligro de derrumbamiento» de la plaza, informaron fuentes municipales. El arquitecto y autor de los planos del estudio de viabilidad, Nacho Ruiz Allen, añadió ayer a este diario que su «estado estructural es alarmante».
En Ayuntamiento quiere poner solución a este problema, reconvertir la plaza en un espacio multiusos. El propio alcalde, Alfredo Canteli, avanzó la semana pasada que el proyecto ya está en periodo de adjudicación; se espera para «finales de año», añadieron ayer fuentes consultadas. Si todo sale según las previsiones, la reforma está prevista para el año 2023, siempre y cuando se consiga un aforo de 5.000 personas. «Si no, (la plaza de toros) se queda ahí», sentenció ya el primer edil. Abandonada.
A pesar de todo, el gobierno local es optimista. Canteli es un firme defensor del diálogo y de llegar a consensos entre administraciones y muestra de ello es su buena relación con la consejera de Cultura, Berta Piñán. Con su departamento, confía en llegar a un acuerdo para que la plaza de toros resurja. Ahora se cumplen catorce años de su cierre y de su declaración de ruina. Solo se ha abierto en contadas ocasiones: para el rodaje de una película hace un mes y medio, y, para las necesarias visitas de los técnicos con el fin de evaluar su estado o para eliminar la maleza.
Atrás quedan las tardes de gloria taurina. La última fue el 21 de septiembre de 2007 tras salir a hombros El Cordobés, Rivera Ordóñez y Jesulín. De esta forma se puso un broche, que se espera provisional, de una historia que suma 132 años. El coso taurino fue inaugurado en 1899 tras ser diseñado por el arquitecto burgués Juan Miguel de la Guardia. Impulsado por la Sociedad de Espectáculos de Oviedo pasó en 1944 a ser propiedad municipal y a lo largo de su larga historia ha sufrido las consecuencias del fuego, las bombas y del abandono. Pero también ha albergado importantes espectáculos taurinos. Desde hace quince años es Bien de Interés Cultural (BIC).
Este grado de protección no ha impedido su mal estado de conservación. Muestra de ello es su característica fachada: está llena de desconchones y grafitis. El interior no está mucho mejor. «Cuanto más tiempo pase es peor». «El vallado no es ninguna sorpresa; ya en 2013 las vigas daban sensación de inseguridad», destacó Ruiz Allen.
La situación se ha ido agravando por la falta de mantenimiento, a pesar de las labores que el Ayuntamiento realiza cada cierto tiempo para eliminar la maleza. No obstante, la estructura no se ha tocado. Algunos portales especializados en toros la ponen de ejemplo para evitar que esta situación se repita en localidades como Béjar. Por el contrario, el resultado de las rehabilitaciones acometidas en las plazas de León o Valladolid, con cubierta incluida, es algo que Oviedo quiere conseguir.
La oposición se muestra muy crítica con el estado que presenta la plaza de toros. Fuentes del Grupo Municipal Socialista aseguraron ayer que el «vallado es una estrategia» del equipo de gobierno para «presionar al Principado y conseguir así la rebaja de la protección con el fin de facilitar los planes del señor Canteli». «Como prueba señalamos que el concejal de Urbanismo -Nacho Cuesta- aseguró en la última comisión que no había ninguna anomalía en el estado de la propia plaza».
Asimismo, Somos criticó la «falta de responsabilidad» por parte del equipo de gobierno porque el Ayuntamiento es quien debe «proteger legalmente el patrimonio cultural de Oviedo». «Si fuese un promotor privado , muy posiblemente le estaría iniciando un procedimiento sancionador al propietario por falta de mantenimiento», según Nacho del Páramo.
Cristina Coto (VOX) urgió, por su parte, su rehabilitación para darle los usos que tuvo en su día, «ya sean toros o conciertos».
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