La grúa de 50 metros de Roxu, comprobaba ayer 'in situ' que podrá elevar el cimborrio el 1 de julio. ALEX PIÑA

La basílica de San Juan recauda 300.000 euros para las obras de urgencia

Los trabajos culminarán en dos meses con la instalación del cimborrio y los dos ángeles, y supondrán un coste de 600.000 euros

ALBERTO ARCE

OVIEDO.

Domingo, 14 de junio 2020, 01:08

La basílica de San Juan el Real ya ha recaudado 300.000 euros para financiar sus obras de emergencia. Así lo adelantó el párroco de la congregación y rector del templo, Javier Suárez. «Ha sido fruto de las donaciones directas y de lo que esta ... pequeña parroquia ha podido ir recaudando en todo este tiempo. Es una cifra pequeña comparada con el coste total de las obras hasta el momento (600.000 euros), pero una muy grande para San Juan», sentenció el cura.

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En ese sentido, admitió Suárez, la basílica lleva desde hace ya más de un año tocando a todas las puertas posibles para conseguir más fondos. El Arzobispado ha aportado 9.000 euros y la iglesia ha recibido la ayuda de feligreses, particulares y entidades como la Caja Rural, que ha donado 10.000 euros.

  • Desmontaje Hace un año, el párroco ordenó el desmontaje de los elementos ornamentales con riesgo de derrumbe.

  • Vidrieras Los profesionales de Cristalería Cuervo se han encargado de la restauración del conjunto vitral de San Antonio.

  • Ángeles Gádava Arte Metal construirá los dos ángeles en mortero de Tudela Veguín desde cero partir de un molde 3D.

  • Cimborrio Desde Almeida Albañilería y Construcción han reconstruido el cimborrio aprovechando sus restos.

Por el momento, los andamios siguen cubriendo parte de la fachada de la basílica. Hace dos semanas, los profesionales vitralistas de la gijonesa Cristalería Cuervo terminaron de instalar la vidriera que había sido retirada por riesgo de colapso sobre la capilla de San Antonio. Después de dos días de intensos trabajos entre la colocación y la rehabilitación de las columnas y capiteles de la estructura, el conjunto, formado por dieciséis bloques de vidrio, ha quedado como nuevo.

Los dos ángeles de piedra dañados, a su vez, ya están siendo construidos desde cero a partir de un molde de aluminio en tres dimensiones por los especialistas de Gádava Arte Metal, que han aprovechado una de las figuras aladas retiradas, y restaurada a mano por Natalia Díaz-Ordóñez, para fabricar las nuevas molduras. La figura, que una vez finalizadas las obras lucirá en los jardines de la parroquia, ya ha sido enviada a la empresa y estos tardarán entre uno y dos meses en terminar las dos piezas.

Será el próximo 1 de julio cuando una espectacular grúa de cincuenta metros de altura se encargue de elevarlos de nuevo hasta lo alto de la Catedral del Ensanche. Ayer mismo, un equipo de trabajadores de Grúas Roxu ensayó en directo la operación de elevar el cimborrio con un paquete de similares medidas y peso para «comprobar», advirtió Suárez, que el mismo vehículo que hizo descender los ángeles en su día puede volver a elevarlos.

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«Aprovecharemos la maniobra para subir también el cimborrio», que ya está completamente restaurado -con mosaico y baldosín catalán incluidos-, paletizado y listo para su montaje 'in situ', aseguró el jefe de obra y encargado de Almeida Albañilería y Construcción, Pablo Almeida. «Será una operación difícil, a cuarenta metros de altura y se demorará, pero ya es hora de que la cúpula del cimborrio y la basílica vuelvan a lucir», añadió el párroco.

El futuro, «complicado»

Los pasos dados hasta la fecha en la restauración del templo; sin embargo, son cortos en comparación con las obras que aún faltan por acometer en la basílica. Las piezas de mortero y las partes de hierro de toda la estructura presentan graves deficiencias de conservación provocadas por la humedad. Aún quedan otra decena de ángeles «que habrá que restaurar con el tiempo» y el resto de vidrieras del edificio. Una «necesidad» cifrada por el párroco en «más de dos millones de euros», pero que podría ascender hasta los cinco, según el arquitecto encargado de las obras, Fernando Secades.

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«La crisis del coronavirus ha cambiado las prioridades, ahora lo principal es ayudar a la gente que tan mal lo está pasando por la crisis económica que se nos viene encima», expuso Suárez. Eso se suma, además, a que la parroquia ha pasado casi tres meses sin poder pasar el cepillo a causa del confinamiento y la recaudación de fondos se ha visto reducida a cero. «Para encarar lo que queda no nos quedará más remedio que pedir un crédito. Será complicado y largo», concluyó.

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