«No conozco a los miembros de la 'banda del Seat León' y no tengo relación con los robos»

La vista oral comenzó pasadas las diez de la mañana con la comparecencia de los acusados, -muchos de ellos tienen relación de parentesco- y de los guardias civiles responsables de la investigación. Los procesados negaron su participación en la serie de robos juzgados. «Yo no me dedico a estas cosas», zanjó uno de los investigados. Y en esta línea fueron sus declaraciones. «No conozco a los integrantes de la 'banda del Seat León' y no tengo relación con los robos», respondió otro; mientras otros dos coincidieron en señalar que el día de los asaltos se encontraban en casa con sus mujeres que estaban por aquel entonces embarazadas.

Dar con los presuntos autores no fue tarea sencilla. En todos los casos, según el escrito de acusación pública, actuaron de noche cuando los locales hosteleros, tanto de Ciudad Naranco como de La Corredoria o de Las Regueras, estaban cerrados. Solo en el caso de la estación de servicios de Cuyences, que sí estaba abierta, accedieron sus autores enmascarados y con guantes. Los agentes tuvieron que tener en cuenta, por tanto, detalles como unas deportivas «muy llamativas» de una conocida marca que tenían unas características «marcas de uso» o la complexión para tratar de dar con el cabecilla, representado por la abogada Sofía González Lahera. Él, supuestamente, participó en el asalto a la gasolinera junto a otros individuos. Utilizaron, según recogía el escrito de la acusación pública, una maza metálica para sustraer 353,85 euros. Los otros implicados fueron descubiertos a través de sus teléfonos móviles, que fueron localizados en las cercanías de los establecimientos, según la investigación.

Sin embargo, ayer, la fiscal mostró sus dudas ante los tiempos de las actuaciones. Los guardias civiles mantuvieron que los investigados usaron dos vehículos para cometer la oleada de robos: un Seat León robado en Gozón y un Renault Fluence. En este último, supuestamente, iba la novia del cabecilla, aunque uno de los agentes admitió ayer que no han podido identificarla porque «no se ha visto que fuera en el vehículo». La fiscal preguntó, además, en varias ocasiones por las horas de tránsito de los dos coches por las vías que tienen cámaras, ya que hay amplias diferencias horarias que llegan hasta las cuatro horas.

Por todo ello, González Lahera afirmó que los agentes se basan «suposiciones en las que no se incluye una identificación clara» y Libertad González Benavides, abogada de otro de los acusados, señaló que a su cliente se está imputando por «las huellas en una bolsa de patatas fritas» que supuestamente se sustrajo de una máquina expendedora. «Sin embargo, no hay huellas suyas en el dispositivo ni en el coche».