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Gonzalo Otero (Oviedo, 1996), maestro especialista en pedagogía terapéutica de profesión, es el alcalde de barrio, en su caso de Foncalada, más joven nombrado hasta la fecha. Una responsabilidad que asume con muchas ganas y como «un reto».
–Un alcalde de barrio es el ... nexo entre los vecinos y el Ayuntamiento...
–Aquellas cosas a las que el Consistorio no llega llegamos nosotros; somos una figura de cara a los vecinos más a pie de calle para trasladar las inquietudes y necesidades al Ayuntamiento y viceversa.
–Usted lleva la zona de Foncalada.
–Como todo el centro esta zona está muy envejecida. Es un barrio que está en expansión a nivel social y comercial y buscaban una persona dinámica y participativa. En su momento formé parte del órgano de la Federación General de Asociaciones de Asturias (Fegea). Soy el alcalde de barrio más joven hasta la fecha y me parece un reto muy ilusionante. Tengo muchas ganas de transformar el centro de Oviedo y afrontar los grandes retos que presenta el siglo XXI tanto en lo urbanístico, como en lo vecinal.
–¿Le han llegado ya muchas sugerencias?
–Sí, el centro de Oviedo se pivota sobre dos situaciones: la peatonalización del centro es imprescindible para la vida de los vecinos de esta zona. Gabino de Lorenzo hizo que sea una ciudad en la que la mayoría de los desplazamientos se hacen a pie y eso contribuye al dinamismo urbanístico y social del propio barrio. Guarda la esencia entre los vecinos del centro, que salimos a la calle y nos encontremos y acudimos al pequeño negocio que todavía es capaz de sobrevivir a las grandes multinacionales. El centro de Oviedo sigue guardando esa esencia de barrio que otras ciudades han perdido y simplemente ofrecen servicios, se ha convertido en una zona comercial y no residencial...
–¿Y cuál sería la segunda preocupación?
–El incremento de la vivienda turística. A las comunidades de vecinos nos preocupaba porque estamos completamente desamparados a nivel legislativo y celebramos que con la reforma de la nueva ley de turismo del Principado ahora mismo se necesita contar con la autorización expresa de las comunidades de vecinos tanto para instalar una nueva vivienda turística como para regular las que ya están puestas. Eso ayuda a que el acceso a la vivienda en el centro no se descontrole tanto, porque ahora hay una sangría de residentes en la zona y este tipo de leyes ayuda a que se fijen vecinos permanentes en el centro y no solo grandes empresas.
–¿Cómo responde el Ayuntamiento a sus peticiones?
–Muy bien, la verdad que por parte del Ayuntamiento y de los concejales tenemos un continuo canal de comunicación abierto. Son muy accesibles.
–¿Que tal ha sido la acogida de los Cines Foncalada por parte de los vecinos?
–Muy buena, porque están destinados a un público muy variado, con diferentes estilos. No es un cine enfocado sólo al ocio juvenil. Tiene menos afluencia de gente y oferta una cartelera para un público más variado, más formal y más familiar.
–¿Qué impacto cree que pueden tener en el barrio?
–Muy favorable, va a dinamizar la parte de ocio cultural, la va a complementar porque ya tenemos un gran servicio. Tenemos el famoso Teatro Campoamor, que acoge innumerables muestras culturales y el Filarmónica.
–¿El estacionamiento es un problema en el barrio?
–Sí, el centro de Oviedo es el centro neurálgico de los servicios de la ciudad y los vecinos creemos que Oviedo se debe dotar a su alrededor de un buen acceso y estacionamiento. Me consta que el Ayuntamiento está trabajando en ello.
–Más de una vez se han quejado del estado de la fuente de Foncalada...
–Creemos que el Ayuntamiento y el Principado deben sentarse de una vez por todas para resolver el mantenimiento y conservación de la fuente de Foncalada. Se pasan continuamente la pelota de uno a otro tejado y el estado de la fuente no es para sentirse orgulloso.
–Cuentan con Gascona, una de las calles con más afluencia de turistas.
–A todo el mundo le gusta ir de sidras pero no tener la sidrería debajo de casa. Es un tema complicado y ese es el papel que debe de cumplir el Ayuntamiento, intentar unir posturas entre la parte hostelera y la vecinal. Ambas se necesitan y debe ejercer ese papel conciliador y mediador.
–Siempre ha sido un barrio comercial, ¿sigue siendo así?
–La sangría de los autónomos también repercute en el centro de Oviedo. El pequeño comercio está pasando por momentos muy difíciles pero algunos siguen plantando batalla a ese nuevo modelo que se quiere instaurar de las grandes superficies. Si logramos asentar nuevos vecinos en el centro de Oviedo van a seguir la dinámica de comprar en el propio barrio. Sigue habiendo pequeños negocios que están resistiendo contra las grandes superficies y la clientela es del barrio.
–¿Quiere lanzar algún mensaje más?
–Soy una persona accesible y estoy a su disposición para intentar mejorar la calidad de vida en el barrio.
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