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juan carlos abad
Oviedo.
Miércoles, 2 de agosto 2017, 02:09
El Ayuntamiento de Oviedo aprobó ayer en Pleno, con los votos de los tres grupos de los tres partidos del equipo de gobierno, Somos, PSOE e Izquierda Unida, solicitar a la Iglesia Católica el registro de sus bienes inmatriculados en el concejo. La moción fue ... defendida por Cristina Pontón, portavoz de Izquierda Unida, y tuvo la réplica por parte del popular Gerardo Antuña que la calificó como «exceso anticlerical» y en la que deslizó el interés crematístico de cobrar el IBI a la institución religiosa. Algo que Pontón negó.
Luis Pacho, portavoz de Ciudadanos, defendió la abstención de su grupo al calificar la propuesta de «aspaviento» al considerar que la propuesta era competencia de la junta de gobierno y no tenía que haber descendido al Pleno. Fue el concejal de Seguridad Ciudadana, Ricardo Fernández, quien fijó la postura del grupo municipal socialista y consideró que las inmatriculaciones de bienes por parte de la Iglesia a partir de la reforma de la ley Hipotecaria de 1998, unas 40.000 propiedades, han supuesto un episodio de «pornografía inmobiliaria». La concejala de Somos, Mercedes Fernández, exdirectora de Cáritas, cito al evangelista Mateo, para acercarse al Papa Francisco: «No os hagáis tesoros en la tierra, mas haceos tesoros en el cielo».
Con las llaves de Pedro a buen recaudo, bien podrían servir para descerrajar la Ley Montoro. Iván Álvarez, edil de Interior, calificó la situación de la tasa de reposición de empleados públicos de «dramática» y su propuesta para instar al Gobierno de la Nación a permitir con el superávit local contratar más empleados públicos puesto que de 803 con los que contaba el Ayuntamiento en 2012, en 2017 se prevé que no lleguen a 700. Con la merma en los servicios a los ciudadanos que supone.
El debate en este punto fue extenso, denso y acabó por alejarse del ámbito municipal algo que ocurriría también al final de la sesión. Los Populares defendieron la gestión austera contra el déficit estructural que presenta España frente a la Unión europea y los compromisos adquiridos. Eduardo Rodríguez reconoció la situación de la oficina de contratación pero lo fió todo a las políticas del Partido Popular desde Moncloa y la Carrera de San Jerónimo.
Ciudadanos acusó al equipo de gobierno de no ejecutar las contrataciones previstas al tiempo que Pacho se colgaba la medalla de Albert Rivera de pactar los Presupuestos Generales del Estado con Rajoy. Ana Rivas, pedagógica, le contestó, que sí, que efectivamente el Ayuntamiento tuvo que aguardar a ejecutar la oferta pública de empleo a que esos Presupuestos Generales estuvieran aprobados en Madrid.
Roberto Sánchez Ramos (IU), por su parte, defendió la tesis de que lo ocurrido aquí con las crisis fue, en realidad, una «nefasta» gestión neoliberal. «La función pública va a gripar, lo sabéis», amenazó ‘Rivi’, si no se toman medidas. Rubén Rosón (Somos) afirmó que con 15% más de población en Oviedo, el Ayuntamiento tiene un 33% menos de personal contratado que en 1991. Ahí comenzó una perorata de cifras y números relativas a la creación de empleo que se resume en que el paro bajó en Oviedo el mes pasado y el anuncio de creación de cien puestos de trabajos directos más. Hasta ahora, lamentó Rosón, el empleo directo creado es temporal.
El empleo de calidad, de hecho, había abierto el Pleno tras la retirada de la moción de Somos para la creación de una comisión para el seguimiento del IES de La Corredoria. La plataforma de afectados considera que ese objetivo ya está logrado y el grupo de Ana Taboada –ayer ausente–, no abundó en ello. Empleo de calidad, decíamos.A proposición del PP, el Pleno aprobó la enmienda del PSOEde facilitar la adhesión de las empresas ovetenses al sello de Excelencia en Igualdad del Principado. Así, empresas que faciliten la conciliación tendrán espacios de difusión en medios municipales y exenciones fiscales.
Más trabajo. El que supondría la implantación en Oviedo del nuevo grado universitario de Educación Física. Algo que propuso el PP de la mano de su portavoz Agustín Iglesias Caunedo. Por mor de la mecánica plenaria y ante una enmienda del PSOE, Caunedo afirmó que su propuesta había sido «pirateada». El PP se vio en la tesitura de votar en contra de su propia proposición para que aceptaran una moción ‘in voce’ del propio Caunedo relativa a que el «Principado dote de medios a la nueva facultad».
Somos, por su parte, abjura de cualquier centro privado que pueda gestionar el nuevo grado. La moción popular no iba tan allá. Era relativa a posicionarse de cara a la Universidad y venderles Oviedo como sede. Los comunes no transigieron y el PSOE se apuntó el tanto. La bronca, sin embargo, entre Rosón y Caunedo, siguió en Twitter. El Pleno había empezado a las 17 horas y acabó a las 21.30. Conciliación, poca.
Germanófilos y aliadófilos. España, salvo en el textil y la industria armera, no se jugó nada en la Gran Guerra. Sin embargo, de 1914 a 1919 corrieron ríos de tinta patria defendiendo bien a la Entente, bien a la Alianza. Nos iba y va la marcha ajena. Oviedo, institucionalmente, no parece que se juegue mucho en el Sáhara y en Venezuela y, sin embargo, ayer la Corporación en Pleno se enzarzó en un debate intenso a costa de dos declaraciones institucionales acerca de la situación política en Caracas y en Villa Cisneros, actual Dajla. El Pleno aprobó una moción de urgencia con votos a favor de Somos, PSOE e Izquierda Unida relativa a exigir la anulación del juicio contra veinticinco activistas saharauis procesados por la muerte de once agentes marroquíes durante el desmantelamiento del campamento Gdeim Iziken. Ciudadanos nunca vota cuestiones que se escapan al ámbito municipal y el PP, compartiendo la preocupación por la situación del pueblo saharaui, defendió que es «un caso de derecho interno de Marruecos y de derecho internacional que se tiene que discutir en el marco adecuado», en palabras de Covadonga Díaz. El caso que la siguiente moción también parece un caso de derecho interno. Venezuela. Todavía coleando las detenciones de Leopoldo López y el alcalde Ledezma, el PP propuso una moción para mostrar «su repulsa y condena al gobierno de Nicolás Maduro». Al final, la moción pasó con los votos de PSOE y PP pero reinó un cierto consenso en la «defensa de los derechos humanos». Somos, en otro giro a de la centralidad del tablero, adoptó un texto de Rodríguez Zapatero sin despeinarse.Al final. Porque antes ‘Rivi,‘ mientras Iván Álvarez defendía la postura de IU se enzarzó con el graderío -a media entrada- y con el edil del PP Francisco García. Al parecer le espetó un «faltoso», que constó en acta pero que no llega, según el presidente de la SOF a estatus de «insulto» como así consideró García.El PP también intentó pasar de urgencia una moción para poner una calle al concejal vizcaíno asesinado por ETA hace 20 años pero el equipo de gobierno no consideró el fondo de la cuestión. Por último, Ciudadanos logró que su iniciativa para rehacer el concurso de representante vecinal del concurso de ideas del HUCA se discutiera, pero su pretensión de que se repita «con todas las asociaciones de vecinos de Oviedo» quedó desestimada. Casi en la prórroga, con el debate atragantándose, Wenceslao López acertó a explicar que su elección se hizo a requerimiento de la consejería.
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