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J. C. A.
Oviedo.
Martes, 30 de junio 2020, 01:12
«La recuperación de la muralla está lanzada», indicaron ayer fuentes municipales, que se mostraron optimistas acerca de poder comenzar los trabajos, con un año de duración, este mismo ejercicio. Todo, gracias a que la mesa de contratación del Ayuntamiento dio ayer el visto bueno ... a la adjudicación de los lotes dos, tres y cuatro de la dirección de los trabajos de consolidación y restauración del tramo que se conserva de la muralla medieval en la calle Paraíso. Para el primero, la dirección de las obras, se propuso al responsable del proyecto, el arquitecto José Ramón Fernández Molina.
La historia del proyecto es intrincada y está jalonada de parones en las diferentes adjudicaciones. El último, apenas unos días antes de la declaración del estado de alarma, cuando quedó desierto. De las diez empresas y profesionales que optaban entonces a dirigir la obra y coordinar los estudios arqueológicos incluidos en el contrato, varios no pasaron el primer corte al no estar inscritos en el Registro Oficial de Licitadores y Empresas Clasificadas a la fecha del fin de presentación de las ofertas. Entre ellas, cayeron los tres profesionales que aspiraban a los lotes 'duros' del pliego: la dirección de las obras y la técnica.
A la segunda sí. La coordinación de la ejecución, el segundo lote, será adjudicado al estudio Urbsantiqua por 12.500 euros que también se adjudicó el cuarto, el seguimiento de los trabajaos arqueológicos por otros 6.000. El tercer apartado, la coordinación de seguridad fue para la empresa Norvalia. Para completar lo solicitado en los pliegos queda hacer firme la dirección de los trabajos que para los que está propuesto el citado arquitecto Fernández Molina, responsable del estudio que dio origen al proyecto.
Todo cuando las obras en sí, fueron adjudicadas a la constructora Esfer en casi 726.000 euros en noviembre del año pasado. La muralla comprende trescientos metros de fortificación, por ocho e altura que, a día de hoy, están rodeados la maleza. Unos vestigios que datan del siglo XIII y que en 1991 fueron declarados Bien de Interés Cultural. Los trabajos para adecentarla se deberán hacer con sumo cuidado para no dañar ninguna de las piedras.
Tras la poda de toda la maleza, según el proyecto, se realizará un estudio petrológico para conocer «cada una de las piedras» de la muralla y decidir con qué productos consolidarla. Mediante una fotogrametría se realizará un trabajo en profundidad para comprobar el estado de la estructura original con la intención de que la reconstrucción sea lo más exacta posible y que en ningún momento se modifique el alzado original.
Por último, se eliminarán los elementos añadidos sobre la muralla en las últimas décadas. Esos que han distorsionado la imagen real de la fortificación y que han influido negativamente en esta estructura para más tarde consolidar los cantos que están a punto de desprenderse.
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