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ROSALÍA AGUDÍN
OVIEDO.
Domingo, 21 de febrero 2021, 00:50
Un sábado de Carnaval sin su tradicional desfile por las calles de Oviedo, pero en un espacio de la ciudad la música no paró de sonar. El Auditorio Príncipe Felipe se engalanó ayer para acoger el primer Antroxu de la pandemia. La plaza del Fresno ... se ambientó para la ocasión con una iluminación festiva y, pasadas las siete de la tarde, dio comienzo el primero de los dos conciertos programados a cargo del Grupo Tekila.
Un año llevaban sus nueve músicos y cantantes, llegados de todos los puntos de España, sin subirse al escenario y tenían ganas. Muchas. De hecho, se notó desde la primera canción. Durante casi dos horas sonaron bachatas, cumbias,... En definitiva, sus canciones más conocidas y presentaron su último disco 'Andiamo Tutti'. Los cambios de ropa fueron constantes.
«El Carnaval es una oportunidad increíble. Gracias al Ayuntamiento de Oviedo porque han sido doce meses duros en los que algunos de los componentes del grupo han tenido que buscar otro trabajo», lamentó la cantante, Marga González, quien se mostró visiblemente emocionada. «Me tiembla la voz al hablaros», dijo para a renglón seguido pedir que este concierto «sea el primer paso para que nuestro gremio pueda trabajar».
El grupo cambió por un día el camión sobre el que actúan en las fiestas de prau por el escenario del Auditorio, pero el público estuvo tan entregado como siempre. Los setecientos asistentes, entre los que estaba la concejala de Festejos, Covadonga Díaz, no pararon de bailar desde sus asientos. Algunos fueron disfrazados como la pequeña Carlota, de diablo. También lo hicieron Adolfo y Olaya Avello.
Las palmas se sucedieron y en todo momento se mantuvieron las medidas sanitarias, fomentando la cultura segura. El personal del Auditorio y los miembros de Protección Civil tomaron la temperatura a cada uno a la entrada, ayudaron a los asistentes a sentarse y controlaron que nadie se quitase la mascarilla. Hubo alguno al que le costó estar sentado en el concierto. No era para menos con tanto ritmo.
Los miembros de Tekila no pararon de animar. Al concluir la primera canción voló el confeti sobre el Auditorio. «Este concierto es especialmente para los que lo están pasando mal por la pandemia como los feriantes y las orquestas», afirmó otro de los cantantes, Dani Parrondo. Dedicó la canción 'Mi princesa' de David Bisbal a su compañera González. Tiempo después se enfundó el traje de minero para entonar 'En el pozo María Luisa', donde cantó solo con la compañía del piano y del público. Terminaron con 'Asturias', de Víctor Manuel y 'La vida es un Carnaval'.
Una de las sorpresas tuvo lugar veinte minutos antes del concierto. Se produjo el tradicional Entierro de la sardina, que otros años tenía lugar en la plaza de la Catedral tras el desfile. Este año no se pudo por culpa de la pandemia, pero Festejos buscó un plan alternativo en el que ayudaron dos grupos asturianos. Siete artistas cantaron y tocaron el pandero junto a la guitarra alrededor de la sardina, a la que le pusieron la mascarilla y un ramo de flores con una cinta en la que se podía leer 'Folixeros perpetuos'. Sobre el escenario, además, se instaló la respectiva esquela.
Esta tarde se clausurará la programación de Carnaval con el concierto a cargo del Grupo Beatriz. Celebrarán los veinticinco años de carrera y estrenarán su décimo disco, con temas propios. Todas las invitaciones están agotadas.
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