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Los astros se han alineado para que el Principado de Asturias cobre una importancia sin precedentes en el sector de la defensa a nivel nacional. ... Y no sólo en lo que toca al apartado industrial, pues es sabido que, por poner un único ejemplo, los blindados del Ejército de Tierra se fabrican en Trubia. La región está a punto de dar un paso más para liderar el nuevo corredor industrial que el Ministerio de Defensa ha dibujado sobre el trazado de la milenaria Ruta de la Plata para conectar el norte y el sur de la península a través del impulso a un sector que está llamado a ser uno de los principales motores de la reindustrialización española. En ese clima, Asturias ya ha dado el primer paso al forjar la alianza Vía Carisa, a la que ya se ha suscrito Jaén –próximamente lo harán León y Extremadura–. Un paso que tiene que ver con el acuerdo y la promesa de colaboración público-privada, pero al que aún le falta dotarse de contenido concreto en todo lo que toca a proyectos con nombre y apellidos o posibles líneas de financiación. Para bajarlo al detalle y, sobre todo, a las empresas, el Asturias Hub Defensa ofrece toda su colaboración al Ejecutivo autonómico.
Lo explica, en declaraciones a este diario, la directora de este cluster formado por 52 empresas asturianas del sector de la defensa –esta misma semana se unieron las dos últimas: Onirix y Lessthan3–, Carolina Díaz. «Todo lo que sea establecer canales de colaboración y unir focos del sector de la defensa siempre va a ser un buen camino, pero queda dotar esta alianza de contenido: Aterrizarlo en acciones, una hoja de ruta y todas las herramientas necesarias para que la industria, que va a ser la beneficiaria, pueda empezar a andar. Ahí, el hub está en una posición de avanzada, porque llevamos mucho camino andado en el tema de colaborar y posicionar nuestra industria», explica. «Nos ofreceremos como agente que forma parte de este sector para dotarlo de contenido y definir la hoja de ruta con el Principado».
El departamento de Margarita Robles sostiene que la industria de defensa es un elemento vehicular para la cohesión territorial y los corredores, elementos que ejercen una capilaridad en todo el territorio y permiten a las empresas de dicho cuadrante (el de la Ruta de la Plata pasaría ya de largo del centenar de empresas, más de la mitad de ellas asturianas) formar parte de la cadena de suministro.
Compañías como Santa Bárbara Sistemas; no obstante, ya llevan años haciendo esto. Con un sistema de compras descentralizado, mantiene una amplia cartera de proveedores a lo largo y ancho de la geografía española, si bien cerca de dos centenares están radicados en Asturias, ya que los suministros por proximidad también son esenciales para estas industrias.
Las perspectivas del Gobierno regional, a ese respecto, son optimistas. El consejero de Ciencia, Borja Sánchez, aventuraba la semana pasada, durante la comisión del ramo en la Junta General, que el número de firmas presentes en la Vía Carisa crecería hasta los dos centenares en tres años gracias, precisamente, a esos nuevos lazos de unión.
Y es que en el sector de la defensa no es una opción trabajar completamente aislado. Las pymes (pequeñas y medianas empresas) y las startups tienen la capacidad de crecer en un contexto de cercanía alrededor de los programas que se adjudican a las firmas más grandes –en los que el componente de tecnologías duales es muy amplio–, como lo es el del Vehículo de Combate sobre Ruedas (VCR) 8x8 Dragón, que se produce en la fábrica de armas de Trubia, pero del que también se benefician varias decenas de proveedores asturianos.
Todo ello, además, genera un clima unificado, muy beneficioso de cara a la concurrencia en el medio y largo plazo a los grandes programas europeos, que exigen la presencia de grandes consorcios internacionales. Un ejemplo es el del futuro carro de combate europeo. Sobre esto, la directora del hub destaca que «si hablamos de pymes, algunas ya están incorporadas en la cadena de suministro de Santa Bárbara. El potencial será unirse a esos programas a través de grandes empresas tractoras, ya sea esa u otra».
Lo que no corre tanta prisa; sin embargo, es comenzar a hablar de una infraestructura concreta que vertebre esta suerte de Vía Carisa de la defensa, opina. Mientras diversos colectivos e instituciones del oeste peninsular vienen tiempo reclamando la necesidad de recuperar la línea de ferrocarril de la Ruta de la Plata entre Plasencia y Astorga (algunos ya comienzan a ligarlo a este nuevo corredor industrial), Díaz sostiene que «los proyectos tienen que ir dotados de un contenido antes de hablar de infraestructuras: definir objetivos, ver qué necesitamos para que esto sea real, porque el de las infraestructuras físicas o abordar el tema de las comunicaciones sería un siguiente paso».
El sobrenombre de villa cañonera es algo que Trubia se ha ganado con creces a lo largo de su pasado y presente industrial. Ahora le toca hacer lo mismo con el futuro. No va mal encaminada. La localidad es la capital de la industria de defensa a este lado del mapa. Con presencia de dos de las multinacionales de armamento más importantes del mundo, General Dynamics European Land Systems –Santa Bárbara Sistemas– y el gigante alemán Rheinmetall, en muy pocos lugares de la geografía asturiana –por no decir ninguno– se concentra tal nivel de inversión pública en contratos. Dichas dos empresas participan o gestionan en solitario diferentes programas valorados en más de cinco mil millones de euros.
En lo que toca a Santa Bárbara, matriz de la fábrica de armas, donde se hacen los blindados del Ejército de Tierra, esta ha sido la encargada de fabricar los vehículos Castor y hace lo propio con los novedosos VCR 8x8 Dragón. Más adelante, porque aún se encuentra en fase de desarrollo, la factoría también acogerá la creación del VAC. Sólo estos dos últimos, en los que participa junto a Indra, Sapa y Escribano, se suma una inversión cercana a los 4.500 millones de euros –1.392 millones y un millar de empleos serán para beneficio de Asturias–. Además, el VAC llevará consigo la puesta en marcha del nuevo centro tecnológico.
Rheinmetall, por otro lado, ha recibido adjudicaciones de contratos por valor de más de 600 millones procedentes del ministerio a lo largo del último año, y eso sin contar los programas internacionales que lidera. La compañía, que opera en España con el nombre de Rheinmetall Expal Munitions, fabrica algunos de los diferentes tipos de munición que utilizan las Fuerzas Armadas. Defensa le adjudicó recientemente otro contrato de 134 millones para producir morteros sobre vehículos. En Trubia se fabrican las vainas mientras que el resto de sedes de la empresa en España se realizan otros trabajos, pero lo cierto es que su presencia en el concejo se hace notar, y mucho.
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