La bioincubadora de alta tecnología de Asturias tendrá una oficina de ingeniería, dos laboratorios, salas de cultivos y zona de pruebas

Las obras, según recoge la memoria del proyecto, afectarán a parte de la planta baja y el sótano del Vivarium, cuya superficie total es de más de 3.200 metros cuadrados. Es decir, algo más de una quinta parte. Los laboratorios estarán destinados a la instalación de empresas y tendrán 100 y 150 metros cuadrados, respectivamente. Además, estarán equipados con modernas salas blancas modulares de clase B o C. Las salas blancas, también conocidas como salas limpias, están diseñadas para reducir al máximo los niveles de contaminación en un espacio o ambiente determinado, lo que las convierte en indispensables para este tipo de equipamientos de alta tecnología.

Cada uno de los laboratorios contará con un almacén de aproximadamente cuarenta metros cuadrados. A falta de los equipos, la empresa que se haga con el encargo deberá diseñar un espacio adicional de 45 metros cuadrados para alojar una sala de cultivos celulares de uso común, que deberá estar preparada para la futura instalación de autoclaves –aparatos que sirve para esterilizar objetos o sustancias–, ultracongeladores, cabinas de flujo laminar –proporciona un aire limpio a la zona de trabajo libre de partículas de hasta 0,1 micras– o sistemas de aspiración.

La piedra angular de la instalación; sin embargo, será la nueva sala de escalado a producción de uso común (ocupará unos ciento cincuenta metros cuadrados), en la que también se instalarán autoclaves, así como equipos fermentadores y de agua ultrapura. Será en esta sala, ubicada en el sótano, en la que las startups podrán desarrollar y probar sus productos biomédicos en cantidades mayores, pasando de prototipos o pruebas de laboratorio a pequeñas producciones. Este proceso permitirá que las empresas validen su tecnología y ajusten todo lo necesario antes de la fase de producción a mayor escala, lo que podrá acelerar su camino hacia el mercado. Y es que esa es una de las máximas de la bioincubadora del Vivarium. Allanar el camino a las pequeñas empresas tecnológicas, asturianas o de cualquier otro punto del territorio nacional y europeo. Al menos, así figura entre los objetivos del Ejecutivo regional, la Cámara de Comercio de Oviedo y la Fundación Incyde, las tres patas que han posibilitado el impulso de este nuevo equipamiento puntero en la capital asturiana.

Por otro lado, también se creará un pequeño espacio coworking de cincuenta metros cuadrados y una oficina de hibridación ingeniería-salud en la planta baja, junto a los laboratorios. Un espacio colaborativo donde los profesionales de ambas disciplinas podrán aunar conocimientos para desarrollar soluciones innovadoras en tecnologías médicas como dispositivos, software y procesos diversos, por ejemplo, para la mejora de diagnósticos, tratamientos y la eficiencia en el cuidado de la salud.

La hoja de ruta está clara. El Principado aportará al proyecto 800.000 euros y espera que para 2027 la bioincubadora albergue a quince empresas y un centenar de empleos, y alumbre entre cinco y seis proyectos al año centrados, sobre todo, en el desarrollo y validación de dispositivos médicos y la optimización de procesos asistenciales.