Asociaciones vecinales de Oviedo protestarán contra la «permisividad municipal» con los hosteleros

La gota que ha colmado el vaso es la propuesta de Otea para San Mateo: ocupar con casetas hosteleras y escenarios para música o espectáculos la totalidad de las once plazas de El Antiguo. «Toleramos mal los chiringuitos», indicó, pero los consideró un mal menor en comparación con el citado proyecto. Detrás hay más: mucha inquietud con la decisión de la Concejalía de Urbanismo de aprobar una nueva ordenanza de terrazas que dé carta de naturaleza a las ventajas concedidas a los empresarios hosteleros para ampliar sus veladores durante las restricciones derivadas de la pandemia. «Estamos siendo muy prudentes porque somos conscientes de cómo lo está pasando el sector, pero no se puede confundir esa sensibilidad con que aceptemos sin más las medidas», expuso Miguel Clemente, de Afectados por la Movida. A los vecinos, además, les inquieta que Urbanismo haya decidido contratar a un despacho privado la redacción de la nueva ordenanza, sin haberles ni consultado, mientras que la vigente «fue fruto de dos años de trabajos y consensos» en los que participaron el movimiento vecinal, pero también la ONCE o Aspaym. «Fue aprobada por unanimidad en el Pleno, pero ahora llega este señorito y como es más listo que nadie, va a Ontier y encarga una ordenanza a la carta», recalcó Clemente. «No lo vamos a consentir», resumió García, tampoco la privatización de las fiestas. Una propuesta «desafortunada» y muy alejada de las necesidades del Oviedo Antiguo, para la presidenta de la asociación vecinal del Fontán, Ana Isabel Balbín, que volvió a reclamar un plan que atraiga vecinos y actividad a la zona, pero que respete la protección del entorno.

El presidente de Otea, José Luis Álvarez Almeida, admitió ayer algún «fallo de comunicación: Otea no exige, ni pide; ha hecho una propuesta». «No le echamos ningún pulso a nadie», recalcó, movido tal vez por el malestar del equipo de gobierno con la filtración del documento. Eso sí, reiteró que su organización considera que «el que tiene que vender es el bar» y que los hosteleros deben sustituir a los chiringuitos. «Es un modelo de éxito, a la gente le gusta» y que «ayudaría a hacer la fiesta de día».