Las asociaciones vecinales de Oviedo piden más asfaltado, mejor iluminación y equipamientos básicos

El Oviedo Antiguo, con unos tres mil vecinos, espera convertirse en «el corazón de futuro de Oviedo» prometido por el equipo de gobierno durante la presentación del estudio diagnóstico para la revitalización del barrio encargado por el Ayuntamiento y presentado en 2023. Entre las metas, fijar población, acabar con el mal estado de edificaciones y los problemas de aparcamiento; eso, a grandes rasgos. Los residentes, sin embargo, no ven avances. «No conseguimos nada porque el Ayuntamiento va por libre», se queja Manuel Almeida, presidente de la asociación Oviedo Redondo, que esta próxima semana se reunirá para debatir las propuestas del barrio que lanzarán al Consistorio para los presupuestos municipales de 2025. De momento, aplauden la mejora de la calle Altamirano, «que estaba como una caleya», y aguardan el asfaltado de otras vías «como San Isidoro, que necesitan un repaso». A la espera de conocer en detalle qué pasará con el edificio de la calle Mon que «el Ayuntamiento anunció que iba a adquirir», lamentan que «nuestra propuesta de la tarjeta de ciudadana haya quedado para prau», o la reducción de «las subvenciones para festejos».

Los vecinos de San Lázaro-Otero aguardan «desde hace tiempo» la renovación de las escaleras, el cierre perimetral del polideportivo de Otero, que «está en muy mal estado, con las vallas rotas», y el arreglo de las piscinas porque «están de pena con suelos levantados y azulejos rotos». Es lo que piden al Ayuntamiento para 2025, además de reivindicar mejoras para el centro social, «pequeño y con la calefacción mal». Araceli González, presidenta de la asociación, fue contundente: «El barrio está completamente abandonado». Esperan soluciones de la mano de los próximos presupuestos.

«Dinero y voluntad». Con estas palabras resume Modesto Vidal, presidente de la asociación de vecinos de La Florida, qué es lo que quieren para 2025. Entrando en materia: «Que se ponga en funcionamiento el recinto ferial para el barrio; un parque de calistenia junto a la pista polideportiva; es triste pero no tenemos centro social; una rampa a Marcelino Suárez o el arreglo del puente de los talleres de Renfe».

Continuidad. La asociación de vecinos de Teatinos volverá a insistir en las propuestas que no han visto la luz. «Hay que renovar el mobiliario del Centro de Estudios Santullano, se inauguró hace 20 años y es incómodo; además de modificar el sistema de calefacción para tener un centro de estudios moderno». Por otro lado, recordarán al Ayuntamiento que «tiene pendiente cambiar la iluminación en diez o doce calles y mejorar el asfalto de algunas vías que están en una situación bastante mala, como la de Rosa María Menéndez, entre la glorieta de Los Prados y Puerto Pajares», indicó Santiago Camporro. Hay más. «Desde hace un año reivindicamos una mejora y adaptación de los parques infantiles y también aumentarlos porque hay nuevas urbanizaciones».

Para los vecinos, este año no ha pasado en balde. Sin contar el bulevar, «se adaptaron las instalaciones del centro social, que estaba infrautilizado y se asfaltaron calles como la avenida del Mar».

La vía de La Pixarra «para conectarnos con la ronda exterior» es la primera reclamación de un vecindario que aglutina a más de dos millares y medio de vecinos. En la lista de peticiones al Ayuntamiento figura «un acceso peatonal al colegio Juan Rodríguez Muñiz, un parque para perros, un área recreativa, una fuente en la plaza de La Araña y papeleras», explica de carrerilla David Cabal, secretario de la asociación vecinal. Para el barrio, 2024 se despedirá habiendo ganado «una mesa en donde queremos el área recreativa y el cambio de iluminación en farolas; nos sentimos un poco marginados».

«Si entras en el viejo HUCA, parece la guerra de Ucrania». Para los vecinos de El Cristo, el deterioro del antiguo complejo sanitario, pasto del vandalismo y cada día más desvalijado con robos a plena luz del día, es «intolerable». Por eso el presidente vecinal de este barrio, igual que de Buenavista y Montecerrao, Ramón del Fresno, considera una prioridad que las administraciones adopten soluciones. Principalmente el Principado, pero también el Ayuntamiento. «El alcalde tiene que defender que se tomen medidas», apunta. Descontento con el funcionamiento de los distritos, «porque nosotros estamos en el 5 y lo que hacen es traer preparada media docena de proyectos y que escojamos en lugar de escuchar a los vecinos», la lista de prioridades para 2025 para estos tres barrios que suman más de 20.000 residentes es clara: el demandado centro social en la galería del Calatrava, una «deuda que exigimos»; los accesos con escaleras mecánicas para conectar El Cristo con Montecerrao en las calles Víctor Sáenz y Baldomero Fernández; las rotondas en varios cruces, citando los puntos de Fuertes Acevedo, Celestino Villamil y Alejandro Casona, así como los accesos al Tartiere, que «están sin realizar».

Con la ampliación del paso de Nicolás Soria, el barrio de Ciudad Naranco logró una importante mejora en la fluidez del tráfico esta año. Una obra ejecutada por Adif que se podría completar con algo sencillo: un «bonito mural» para evitar que los grafiteros actúen y la limpieza del antiguo túnel. Rubén Fernández, presidente de la asociación vecinal Ciudad Naranco Existe, urge ahora «la salida de Luis Oliver, que depende del Ayuntamiento y el Principado» para aliviar la circulación en esta otra zona. Entre otras medidas, propone que los presupuestos locales, además de las esperadas pistas de atletismo, incluyan medidas para la reactivación económica del barrio, «que va en declive»; mejoras en el parque de San Pedro de los Arcos; una ampliación del parque del Papa o pistas de patinaje o skate. También, aunque ya lo ve más ambicioso, unas piscinas públicas para dar servicio a los más de 14.100 vecinos.

La transformación de la avenida de Galicia en un bulevar hostelero y comercial supondrá una buena inyección y quedará reflejada en los presupuestos locales para el próximo año. Se solucionarán así problemas de «baldosas rotas» –en esta vía y otras del barrio, que ya han producido varias caídas– y en el pavimento, pero antes de actuar en la superficie, el presidente de la asociación vecinal Oviedo Reconquista, Juan García, destaca que «la principal reivindicación es la renovación de la red de saneamiento, que está colapsada». Hasta tal punto, que son más que habituales las visitas de técnicos de Aqualia para limpiar. También reclama mejoras para el Campo San Francisco. Austeras, como la instalación de unos baños o la reparación de bordillos. Un poco más allá, el colectivo –con presencia en varias zonas del Centro, con más de 30.000 vecinos– propone remodelar las rampas en el parque de Llamaquique, con unos peldaños que no permiten cumplir con la normativa de accesibilidad. A esto suma la reposición de varios puntos de luz.

«El tema del ruido en Pumarín es muy serio». Lo advierte su presidente vecinal, José Sariego, quien establece como una prioridad para esta zona con 16.157 vecinos que el Ayuntamiento adopte medidas en un barrio que cada vez recibe más coches. Entre las peticiones, reductores de velocidad frente a los colegios e instituto. «Son zonas sensibles y hay que hacer mediciones sistemáticas». A esto suma un enlace entre Tocote y las Torres de Pando; el arreglo de Teatro de Pumarín, con goteras y las butacas estropeadas; nuevas mejoras en la plaza de Palmira Villa, «porque los árboles están levantando todo el pavimento», y el asfaltado de las vías. Todo, sin olvidar la necesidad de una nueva biblioteca y un centro de interpretación del Prerrománico, que lamenta que no se haya ubicado en la subastada residencia de Oficiales.

Las peticiones en la zona rural se repiten año tras año. La presidenta de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Oviedo (FAVO) y de Limanes, Eva Sánchez, las tiene claras: más desbroces, pavimentación de caminos, «que queda mucho pendiente», extender a toda la geografía la fibra para la conexión a internet y algo importantísimo, «el alumbrado, porque hay muchas zonas oscuras».