El asesinato de Tatiana, «un caso de violencia extrema»

Los especialistas dedicaron dos días a la búsqueda de muestras de ADN y huellas que pudiesen servir para incriminar al asesino, antes de volver a Madrid. No obstante, parece que no han obtenido los suficientes indicios como para esclarecer de una vez por todas el crimen de Los Prados. Fuentes cercanas a la investigación confirmaron ayer a EL COMERCIO que estos volverán a Oviedo la próxima semana.

¿Por qué? Las mismas fuentes sostienen que no se trata de un caso fácil. Por ello se han hecho cargo de la investigación miembros de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta, la UDEV central, desde Madrid. Por ahora, los diferentes grupos de investigadores de la Policía Nacional -que forman un equipo multidisciplinar- ya han realizado al menos dos inspecciones oculares de la escena del crimen, entrevistado a vecinos y conocidos de la moldava y volcado los tres teléfonos de la mujer. Uno de ellos era su terminal personal y los otros dos, desde los que atendía las citas de sus servicios como 'escort'.

Hoy se cumplen doce días del hallazgo del cadáver. El cuerpo de Tatiana Coinac permaneció diez en el Instituto de Medicina Legal hasta que al fin anteayer su familia pudo despedirse de ella de forma debida. Tras autorizarlo la jueza del Juzgado de Instrucción número 3 de Oviedo, la familia de Tatiana ofició el enterramiento de la mujer durante la mañana del miércoles en el cementerio del Salvador en la más estricta intimidad. El cuerpo fue inhumado directamente tras su traslado desde las instalaciones de La Corredoria.

Mientras tanto, el caso continúa bajo secreto de sumario. Ayer, la delegada del Gobierno en Asturias, Delia Losa, aprovechó su intervención en la jornada sobre prevención de la violencia de género celebrada en la Delegación del Gobierno para reiterar que «estamos ante un caso de violencia extrema contra una mujer».

No es para menos. Tatiana Coinac sufrió una muerte extremadamente violenta. La principal hipótesis de la Policía es que un hombre la mató tras contratar sus servicios. Al parecer, la obligó a vestirse de colegiala, con ropa interior a juego, le ató las manos a la cama, le tapó la boca y la estranguló con una funda de almohada.

Por si fuera poco, trasladó el cuerpo al baño y se tomó su tiempo para limpiar el cadáver minuciosamente. Después, tiró la ropa a la basura y se marchó.