Erika Yunga, la alumna «que todo profesor quería tener en clase»

El mes pasado, Erika cumplió 14 años. Alicia Fernández, madre superiora de la congregación de las Hijas de María Inmaculada, recordó ayer que entonces «le regalé un libro de lectura y un ángel con una vela». Según quienes la conocieron, «era muy buena y estaba muy unida a su madre», también era «muy tímida». Fue al colegio de La Ería y después pasó al instituto, siguiendo los pasos de sus dos hermanos, que ahora trabajan y estudian a la vez. «Erika era tranquila, muy familiar»; también le gustaba la música, como demostró en su paso por la Escuela Municipal de Música.

René y Alba son de Loja, una ciudad situada al sur de Ecuador y conocida como la capital cultural del country por su panorama musical. Se casaron y tuvieron a su hijo mayor, John, que en la actualidad tiene 26 años. Cuando el niño era aún pequeño llegaron a España, a Oviedo, en búsqueda de un futuro mejor para su familia. De ello hace más de veinte años. Ya en la capital asturiana nacieron sus dos hijos pequeños. Randy, de 22 años, y su deseada niña, Erika, de 14.

René es auxiliar de enfermería en el HUCA y Alba, recepcionista en la residencia de estudiantes femenina María Inmaculada. «Cuando nosotros llegamos a España, en 1999, ellos ya estaban aquí, de aquella éramos muy pocos ecuatorianos en Oviedo. Siempre nos ayudaron», comentaron ayer unos amigos que los esperaron rotos de dolor para darles el pésame.

«Son personas que colaboran con la obra social y Alba, la madre, es una mujer muy creyente, espiritual y que está deshecha» con el asesinato de su pequeña, Erika. Ayer, no dejaba de repetir su nombre mientras sus allegados les daban el pésame, entre ellos, Carmen quien resaltó que la familia le «había ofrecido vivir durante dos meses en su casa cuando me vine de México y mientras encontraba trabajo».