Alumnos, profesores y vecinos formaron una gran cadena humana en La Ería para recordar a Erika y condenar el asesinato. FOTOS: ALEX PIÑA

Una cadena humana contra el dolor y «el miedo a ir solas»

La directora del IES de La Ería explica que las amigas de Erika «están viviendo un duelo mayor» y que el temor se ha extendido en el centro

R. AGUDÍN/ S. NEIRA

OVIEDO.

Viernes, 8 de abril 2022, 04:46

La comunidad educativa, compuesta por los más de mil alumnos y profesores del Instituto de Enseñanza Secundaria y el colegio de La Ería, y centenares de ovetenses formaron ayer una cadena humana alrededor de ambos centros para simbolizar su gran pesar por la pérdida de una de sus compañeras, alumna y vecina, Erika Yunga, la niña de 14 años asesinada a puñaladas presuntamente a manos de su vecino, Igor P., un hombre de 32 años que la atacó cuando regresaba de clase. «El dolor será algo temporal, pero la presencia en nuestros corazones será para siempre», o «estamos contigo, rezamos por ti y él no quedará impune», clamaron a viva voz y reflejaron en sus pancartas.

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Galería. Rodean el instituto de Erika con una cadena humana.

La tristeza por la dramática pérdida quedó ayer patente durante el acto de repulsa «a los actos que estamos viviendo». Se compartieron momentos de lágrimas, de aplausos y de condena. Y también se habló de miedo, ya que es difícil de asumir el dramático final de esta niña.

«Nos despedimos al salir de clase y nos enteramos por el grupo de Whatsapp»

Con un mensaje en un «grupo de Whatsapp». Así es como se enteraron los compañeros de clase de Erika Yunga de su asesinato. El martes, «nos despedimos de ella en la esquina del instituto» y menos de dos horas después llegó el aviso, según cuentan. Quienes la conocieron la describen como una «chica risueña» y que «era la compañera que todos querríamos tener en clase». Recuerdan que le gustaban las series, los periquitos y la natación. Era común verla en las piscinas del Parque del Oeste.

La directora del IES de La Ería, Emma Álvarez, explicó ayer que el temor se ha extendido entre el alumnado: «Las compañeras tienen miedo a ir solas y quedar solas después de lo de Erika, unos hechos que ocurrieron a las tres de la tarde», abundó. Especialmente sus amigas más cercanas, ya que Erika permaneció acompañada desde la salida del aula hasta que entró al portal el martes. «Están viviendo un duelo mayor», detalló.

Los estudiantes están recibiendo apoyo psicológico en los dos últimos días con el objetivo de tratar de ayudarlos para que «exterioricen y saquen fuera sus sentimientos». En centro intentará poco a poco, pese a la dureza del caso, volver a la normalidad. El miércoles ya organizaron una suelta de globos.

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