Susana Neira
Oviedo
Viernes, 10 de mayo 2024, 20:36
Con dos escenarios principales, El Antiguo y el Campo, La Ascensión levantó este viernes el telón con temperatura veraniega para convertirse durante todo el fin de semana en un «hervidero de gente», como espera el alcalde, Alfredo Canteli. Esta edición llega con un título de referencia, el de la Capitalidad Española de la Gastronomía, la representación de treinta y dos queserías y treinta y seis puestos de agroalimentación, y una ausencia más que comentada, la cita ganadera, a la que Oviedo ha renunciado en esta edición al coincidir con Llanera.
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Susana Neira
En 2025, el equipo de gobierno confía en recuperarla: «La idea es continuar con ella igual que en los últimos años e incluso mejorarla», garantizó el regidor. Y retomarla en El Asturcón, añadió la concejala de Festejos, Covadonga Díaz, quien repitió el argumento de por qué este año se ha renunciado en favor del municipio vecino. «No lo hemos hecho porque no era bueno ni para ellos ni para nosotros». También se espera el regreso, porque este año tampoco se ha incluido en la programación, de la entrega de los Paisanos del Año. «Dependía de otra entidad y lo recuperaremos seguro también», añadió el edil, que deseó una «feliz Ascensión para todos».
Para inaugurarla oficialmente, a las doce del mediodía sonó la Real Banda de Gaitas Ciudad de Oviedo en la plaza de la Catedral, con la comitiva encabezada por Canteli y con los concejales de todos los grupos de la Corporación cruzando el arco que da la bienvenida a la zona quesera. Allí, uno a uno, fueron saludando a los artesanos. Entre ellos a Lucía Regodesebes, de la única quesería de Taramundi. «Llevábamos unos años sin venir y volvemos; a ver si hay suerte», deseó. Sobre su mostrador, ya recibiendo a los primeros clientes, cuatro variedades de las seis que producen.
En la plaza de Porlier, Blanca Álvarez se convirtió en una de las primeras clientas de La Ascensión. «Animo a todo el mundo a que salga y se dé una vuelta por aquí; hay productos artesanos y de calidad», comentó mientras charlaba con Cristina Secades, de Finca Ecológica TerraAmor, especializada en el kiwín. «Es la primera vez que vengo, siempre venía como compradora pero este año traigo productos para vender». Unos puestos más allá, también en la zona de agroalimentación, Silvia Ayala, de la fábrica del Remediu, ofreció para degustar sus embutidos. «Son asturianos, se atan a mano, naturales, sin gluten ni lactosa». En su caso, son veteranos en la cita ovetense. «Es el séptimo año que venimos. La gente suele repetir y nos va conociendo». La intención es llevarse las mismas sensaciones: «La Ascensión es de las mejores ferias de Oviedo y de Asturias».
Sin feria de ganado, la representación ganadera de este año se limita a una carpa en el paseo del Bombé. «Nosotros venimos con la Asturiana de los Valles. Este toro, unos 800 kilos», calculó Nicolás Alonso, ganadero de Llanera; al igual que Iván Blanco, encargado de exhibir el gochu asturcelta. «Es el primero año que lo hacemos aquí. El año pasado fue en El Asturcón», recordó este ultimo, quien cuestionó que ahora «lo único que hay en La Ascensión son razas autóctonas».
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El gran pulmón verde de Oviedo es, además, el escenario de la feria de artesanía. Entre los puestos el de Sonia Fernández, artesana del cuero y con taller en Gijón. También ha regresado tras un año de parón. «Llevamos muchos años viniendo, cuando era en Catedral y en la Losa». Sobre esta nueva ubicación, tiene buenas expectativas: «Me gusta. Esta es una buena feria, porque la gente de Oviedo está esperando que llegue para comprarse algo». Ese escenario, el Bombé, acoge también los talleres de abejas y miel, de alfarería de Faro, encaje de bolillos y mantilla española o de fieltro. Y en el Auditorio, el visitantes puede disfrutar de la muestra de indumentaria tradicional asturiana.
La Ascensión celebrará hoy su segunda jornada con sus distintos mercados y varias exhibiciones, entre ellas de cetrería en el Campo y del cuerpo de bomberos en el Parque de Invierno, además del desfile de grupos folclóricos por Uría (a partir de las 17 horas).
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Coincidiendo con la primera jornada, la concejala socialista Sonia Fidalgo también dio la bienvenida de La Ascensión, pero lamentó que «estamos perdiendo la esencia, porque es una feria ganadera y no tiene ganado» en un municipio con treinta parroquias de la que solo una es urbana. Reprochó igualmente que «se perdieron cosas interesantes, guapes, como el premio Paisana y Paisano del Año, que con poco esfuerzo se hubiera recuperado» y extendió su crítica al Campo , un «jardín histórico» que «está sufriendo una cantidad de avatares tremendos» y se que traslade el reparto del bollo en el Martes de Campo «por una exposición que no tiene que ver» y que está relacionada con los actos del Día de las Fuerzas Armadas, que se celebrará en Oviedo el 25.
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