El arzobispo aclara a Wenceslao López que no hizo ninguna alusión a él ni al PSOE

Sanz Montes se dirige al exalcalde como «estimado Wenceslao» y hace acuse de recibo de la carta de esta con la que «comparte prácticamente cuanto usted me acerca en su escrito», antes de señalar que «en ella trata de enmendar un discurso que yo no pronuncié». «Es el problema cuando hablamos de oídas y no de leídas o escuchadas», pero la homilía, «cuando saludo a los ediles municipales», «no tienen ninguna alusión a usted ni a su grupo político en el Consistorio de Oviedo, ni en el presente ni en el pasado», dice, y le invita a leerla en la página web del Arzobispado.

«Saludé a los presentes y no ofendí a los ausentes», sostiene el arzobispo. Que no acudiese ningún concejal socialista «es una decisión tanto personal como corporativa que siempre he respetado y respetaré, aunque no la comparta», señala y le recuerda a López que en otras ocasiones sí han participado en actos religiosos. La carta es muy correcta y apenas contiene otro reproche al líder de la oposición. A Sanz Montes no le «parece serio» que se «deslice la sospecha de un agravio que yo no he pronunciado, y que no se deriva de lo que dije en la Catedral, desde el runrún sin contrastar».

Según el prelado, él se limitó a hacer «un elogio de la sana convivencia y leal colaboración entre las instituciones, cuando por diverso motivo servimos a la misma sociedad, cada cual desde nuestra perspectiva complementaria».

«Y así lo vivo con los actuales munícipes en el gobierno del Ayuntamiento, como en parte lo viví con usted durante su mandato. Tal vez fue diferente con sus aliados de gobernanza, pero no con usted como alcalde ni con su grupo municipal», señala.

«Guardo un grato recuerdo de su periodo de alcalde, y hubo una buena relación personal e institucional entre usted y yo como arzobispo», enfatiza Sanz Montes, que concluye lamentando que «una mala lectura» prestada desde terceros «le haya empujado a acercarme un lamento por una ofensa que yo no he proferido».