El arzobispo lamenta «la mediocridad que nos gobierna» y «las guerras que no cesan»

A su vera se encontraba el deán de la Catedral, Benito Gallego, y la Schola Cantorum, dirigida por Sergio Martínez, que puso la música a la santa misa. No faltaron los villancicos. Delante de la primera hilera de bancos, estaba la imagen del Niño Jesús. El arzobispo subrayó que este año se cumplen los primeros ochocientos años del primer Nacimiento. «La Navidad es el misterio de esperanza que llena las calles de la más sana alegría entre los agoreros y en 1223 tuvo lugar una iniciativa inaudita» con la celebración de un Belén viviente gracias a San Francisco de Asís. «Fue el primero después del de Jesús y todos en el pueblo de Greccio (Italia) se hicieron pastores en aquella misa del gallo mientras San Francisco oficiaba como diácono proclamando el evangelio que narraba el nacimiento de Dios».

A partir de ahí surgió «una preciosa remembranza» donde cada uno en su casa coloca «un pequeño o un gran Belén que nos actualiza la alegría que nos regaló el Nacimiento de Dios». «Es un gozo recordarlo estos días con el sabor del mazapán, el villancico y la música de la esperanza que nunca nos defrauda».