«Apenas hay negocios cerrados en la calle»

Existen escritos, ya de 1885, donde se menciona la posible ampliación de la calle Campomanes, prolongarla con un tramo más. Sin embargo, no se aprobó la obra hasta 1907 y en 1908 se la rotuló como la calle González Besada, en honor al ministro de Fomento de la época. Excepto durante un breve periodo en los años treinta cuando se la conoció como Alonso Quintanilla, esta vía se ha mantenido como una de las principales calles comerciales, continuando esa regla en la actualidad.

Estrenando 2024, González Besada mantiene su título de 'milla de oro' para el comercio, apreciada por los negocios como la vía ideal de Oviedo para emprender, conservando tiendas con una larga historia a pesar de las dificultades actuales.

Innovadora en Oviedo, la tienda a granel Fermín de Pas lleva ocho años vendiendo legumbres, arroces, especias y frutos secos, entre otros, al público de González Besada. Su dueña, la ovetense Beatriz Barrero, así lo confirma. Escogió este tipo de negocio tras realizar un estudio y descubrió que «aquí había un nicho de mercado porque no existía nada parecido en la ciudad». Ella y su marido se decantaron por González Besada tras estar días tomando un café en la terraza de la esquina, observando. «Veíamos que la gente salía de la carnicería y entraba en la pescadería, luego iban a la tintorería. Se movían en la calle», declara. Decidieron actuar tras ver que «apenas hay negocios cerrados en la calle», y mantienen hoy la opinión de que «es, con diferencia, de las mejores de Oviedo».

Desde 1946, la Tintorería Ibérica ha estado al servicio de sus clientes, acumulando fama y tradición. Eduardo Rodríguez, su dueño desde hace ocho años, da fe de ello. La cogió en traspaso tras «veinte años dedicados a la banca, pero al reestructurar me echaban fuera». Sin embargo, no desconocía el negocio porque su padre tuvo una tintorería de la que se hizo cargo cuando estudiaba, durante una temporada. Al saber que «unos compañeros de profesión» se jubilaban, decidió cogerlo y ahí ha seguido desde entonces. «A González Besada la llaman la 'milla de oro' porque no hay ni un solo local vacío y los hay de todo tipo. Muy pocas calles en Oviedo son así», asegura.

Durante treinta años, la tienda Tapicasa de colchones ha sido la reina en descanso de González Besada, convirtiéndose en un negocio que, además de su clientela fiel, atiende también a hoteles y residencias de todo Oviedo. «Mi madre tuvo una tienda de ropa de cama en La Tenderina y yo continué con la idea», recuerda el dueño, José Manuel Casero. La rutina de llevar a sus hijos al colegio cercano hizo que se asentara en González Besada donde, actualmente, Casero considera que «es de lo mejor que hay en Oviedo para tener un comercio, aunque sea una zona vieja, sigue teniendo un poder adquisitivo muy alto».

Por su parte, la floristería de Flores Ana se ha convertido en una «tradición familiar» desde que Ana González -o 'Anita', como la conocían- decidió abrir un negocio tras ir acumulando clientela en su puesto de El Fontán. «Abrió la tienda en 1984, luego la cogieron mis padres y ahora la tenemos mi hermana Silvia y yo desde hace ocho años», declara Elena Rodríguez.

Ahora, tras tanto tiempo atendiendo al barrio, asegura que «ya no es lo mismo en clientela, aunque eso lo sabe cualquier negocio». Eso así, admite Rodríguez, «en González Besada tenemos la suerte de estar rodeados de tiendas abiertas y eso da vida a un comercio».

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