«Si El Antiguo es Patrimonio de la Humanidad será el impulso definitivo para su revitalización»

Anteayer, el alcalde, Alfredo Canteli, presidió la constitución de la comisión de expertos que conformarán la candidatura. Ayer, el primer teniente de alcalde y concejal de Urbanismo, Nacho Cuesta, celebró lo propio. «Conseguir que El Antiguo sea declarado Patrimonio de la Humanidad convertiría a Oviedo en la única ciudad del norte de España, junto con Santiago, en alcanzar este reconocimiento y sería la manera perfecta de lograr el impulso definitivo para revitalizar esa zona», argumentó el líder naranja.

El casco histórico, prosiguió, «esconde grandes joyas en su interior, como la Muralla medieval, que es necesario rescatar». «Es una gran oportunidad para conseguir un casco viejo cuidado y lleno de actividad, como han sabido hacer otras ciudades españolas». Además, Cuesta ligó la iniciativa a uno de los proyectos de su departamento, uno de los más demandados por los vecinos. «Conseguir este título junto con el plan especial para El Antiguo (que vendría a sustituir el vigente de 1993, confeccionado por Francisco Pol, y que sirvió en su día para acometer la gran reforma y peatonalización del Oviedo Redondo) que estamos preparando desde el Ayuntamiento sería un enorme logro para la ciudad». En lo que toca al Consistorio, sentenció, «trabajaremos conjuntamente desde todas las concejalías implicadas para lograr este objetivo».

El esquema básico de la candidatura, en ese sentido, será similar al que intentó llevar a cabo la Corporación de Gabino de Lorenzo hace ya veintitrés años. En ese entonces, la ciudad trató de conseguir el reconocimiento para la ciudad «intramuros», pero fracasó. A excepción eso sí, de la fuente de la Foncalada, San Julián de los Prados y la Cámara Santa. Trece años antes habían recibido el honor Santa María del Naranco y San Miguel de Lillo.

«Sería estupendo conseguirlo», admitió, en declaraciones a este diario, el presidente de la Asociación de Vecinos del Oviedo Antiguo, Juan García. Pero lo cierto, explicó es que «ya de aquella Gabino montó un circo inmenso y se gastó lo que no estaba escrito para no conseguir nada». «Solo hay que ver cómo está el barrio, porque de antiguo nos queda más bien poco», lamentó.

Una tesis parecida a la que defendió el arquitecto Felipe Díaz-Miranda al manifestar que «tras la demolición de El Fontán y la implantación de volúmenes de edificios desproporcionados con la trama urbana», el equipo, «de indudable prestigio», se va a encontrar con una propuesta «con demasiadas vías de agua» dada la «pérdida de elementos significativos de esta ciudad en los últimos tiempos».

Para los sectores económicos que operan en la zona, lograrlo sería «una mina». Casto Fano, presidente de la Asociación de Hostelería de El Antiguo, señaló que la ciudad tiene una «deuda» con el siglo IX. «Es una oportunidad», destacó, para sacar al escenario turístico a «nuevos actores además de 'Clarín' o La Regenta». Algo, en definitiva, «de lo que sentirnos orgullosos como ovetenses y asturianos». Por su parte, la presidenta de la Asociación de Comerciantes del Oviedo Antiguo (Acoa), Sandra Sutil, recalcó la «importancia» que supondría la distinción para una zona ya de por sí «de gran afluencia turística».

Entre los grupos de la oposición, la decisión del alcalde de abandonar la idea inicial de presentar la ciudad en su conjunto a la Unesco sentó bien. Desde Somos, Nacho Fernández del Páramo agradeció al equipo de gobierno la «rectificación» tal y como «proponíamos».