Asturias vuelve a acoger a Su Majestad la reina Doña Letizia apenas cuatro días después de la visita a Covadonga junto a su familia. En esta ocasión lo hace para inaugurar el curso escolar 2018/2019. Y lo hará en su ciudad natal, Oviedo, en ... el colegio Baudilio Arce, muy próximo precisamente al colegio La Gesta, en el que estudiaron ella y sus dos hermanas.
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Para todos aquellos que nos formamos en sus aulas, es un motivo de honrosa satisfacción ver a nuestro 'cole', el Baudilio, con permiso de su Majestad, como protagonista absoluto.
Cruzamos el umbral de nuestra memoria, nos metemos en la máquina del tiempo y nos situamos 30 años atrás, posiblemente en uno de los espacios que más nostalgia nos despierta, nuestra infancia.
Hay recuerdos y momentos en la vida que son realmente difíciles de olvidar. Épocas pasadas que nos marcan de por vida, no solo por nuestras vivencias, sino por lo aprendido en el transcurso de las mismas y el colegio es esa guía, ese gurú existencial que te marca a partes iguales y te deja muescas grabadas de patio, escondite y pizarra.
El Baudilio se inauguró en 1978, un año crucial para la historia reciente del país, con una democracia en pañales que se arrancaba a caminar y con una sociedad que estaba ilusionada y a la vez preparada para recibir los cambios que viviría el país tras cuarenta años de franquismo.
Los niños de los setenta nos asomábamos también a otro tipo de revolución, aquella que se abría a una educación mixta después de una larga historia de marginación educativa de las chicas. Ahora teníamos delante la coeducación y el Baudilio fue pionero. Los niños de los setenta-ochenta fuimos aquellos de la generación EGB y el 'Baudilio' era conocido porque fue pionero en sus métodos de enseñanza.
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Éramos los del colegio 'piloto', los que disfrutábamos de un huerto, los que hacíamos simulacros ante posibles fugas de gas y los que nos daban leche en los recreos. Fuimos pioneros en intercambios, aquel viaje a Bochum, el primero a la ciudad hermana con Oviedo, de un grupo de chavalillos de apenas 11 años.
La nostalgia y el recuerdo como si fuera ayer mismo. La huella que nos dejaron profesores como Amparo, Lolina (que en segundo de EGB nos habló de unos niños en Ortuella y desde aquel día la sensibilidad va en nuestro ADN), Antonio Manuel (con él hablamos todo un trimestre de Omaira Sánchez), Sagrario, José Luis Domínguez (Billy el Tizas), y sus cálculo mental a golpe de eso, de tiza; el Bacterio, Isolinaladeinglés (así todo junto para no olvidarse)... y una larga lista que sería imposible completar.
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Del Baudilio aprendimos que cumplir años no implica tener que renunciar a nada, que la vida puede, debe y será, si uno quiere, tan emocionante, rica y divertida como antes. El secreto reside en rechazar cualquier camino fácil.
Luego llegaría el Aramo, pero eso son otras vidas...
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