![La agricultura vertical que triunfa](https://s1.ppllstatics.com/elcomercio/www/multimedia/2025/02/10/agr-kiZG--1200x840@El%20Comercio.jpg)
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En un pequeño local de apenas 65 metros cuadrados en la calle Gamonal, en Ciudad Naranco (Oviedo), crecen plantas. No lo hacen, pues, ni en un campo ni en grandes invernaderos. Crecen en vertical, en un sistema que maximiza el espacio y permite cultivar tres veces más de lo que se lograría en suelo. Tesa Portillo y Javier Espina, 'Javi', dos biólogos asturianos de 29 años, están detrás de esta iniciativa. «No nos veíamos como agricultores en el campo y en la carrera descubrimos los cultivos hidropónicos. Al final ahorra mucha agua, como un 90%, respecto a otras técnicas de agricultura ya que el agua recircula y la reserva nos dura una semana y media y los rendimientos del cultivo son mayores», explican.
Tras estudiar el máster y trabajar en Madrid, en 2021 decidieron regresar a su tierra para emprender en el sector de la agricultura urbana. «Aquí hay facilidades que en Madrid no existen y queríamos volver». Así nació su empresa, Cantábrica Agricultura Urbana, especializada en el cultivo bajo demanda de productos frescos para hostelería y particulares.
Lo que hace especial su proyecto es que ellos se encargan de todo el proceso: desde la germinación de la semilla hasta la entrega de la planta ya crecida a sus clientes. Su principal público es la hostelería, que busca ingredientes frescos y sorprendentes para sus platos. «Son nuestros clientes principales. Todas las plantas que producimos son comestibles, como los brotes de hojas, y aromáticas», comentan. Entre los productos más solicitados está el guisante, pero no el fruto, sino una planta que sabe a guisante y que deja boquiabiertos a quienes la prueban por primera vez. «Es un producto que sorprende, porque el sabor es exactamente el mismo», afirman.
Además de la hostelería, también atienden pedidos puntuales de supermercados y clientes particulares. Entre estos últimos, el producto estrella es la albahaca, una planta aromática que, con una temperatura adecuada de unos 19 grados, se conserva bien, aunque no tolera las heladas. «Observamos que en las cocinas se conserva bien, pero estamos testando para que aguante más tiempo en las casas», dicen.
El boca a boca ha sido clave en su expansión. Han conseguido una clientela fiel y en crecimiento. Ahora trabajan en definir su estrategia de crecimiento, consolidar lo que ya han logrado y profundizar en el desarrollo de tecnología propia para mejorar sus procesos y ofrecer nuevos productos procesados a nivel industrial. Uno de los grandes logros de su sistema, aparte de la optimización del espacio, es que no utilizan tierra para aportar los nutrientes, sino un sustrato hecho a base de fibra de coco: «Esto aporta soporte a la planta para que enraíce y se mantenga erguida y nosotros le echamos nutrientes en el agua».
No quieren competir con el modelo de agricultura tradicional ya que su enfoque de negocio es una cuestión de sostenibilidad y de aporte: 2Nuestro modelo es un añadido al convencional, una solución complementaria», valoran.
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Martin Ruiz Egaña y Javier Bienzobas (gráficos)
David S. Olabarri y Lidia Carvajal
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