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ROSALÍA AGUDÍN
Domingo, 29 de mayo 2022, 01:27
Cuenta José Luis Galán que hasta la década de los noventa «nadie se acordaba del peso que Oviedo tenía en la historia del Camino de Santiago» y que, por consiguiente, no se le sacaba el partido necesario. Solo le daban la importancia que merecía unos ... escritos de la Universidad y él fue uno de los fundadores de la Asociación Astur-Leonesa de Amigos del Camino de Santiago. Gracias a su trabajo, la capital asturiana tuvo un albergue que en un primer momento se situó en San Pedro Mestallón e innumerables son los congresos a los que ha asistido y rutas que ha gestionado y recorrido. Algo que compatibilizó con su trabajo y el cuidado de una familia que ha formado junto a su mujer, la pintora Dolores Álvarez, con quien tuvo «tres hijos que les han dado cinco nietos y cuatro bisnietos».
Galán nació en 1938 en la calle Santa Susana. Hijo de José y María Luisa, sus padres hicieron una conjunción de sus nombres para su único hijo. Pronto se mudaron a la calle San Antonio y él pasó su infancia correteando por las calles Mon, Santa Ana y la plaza de la Catedral. Por aquel entonces no había peregrinos porque, según cuenta, no se ponía en valor «la importancia que tenía en Oviedo en la ruta a Santiago», y fue a la escuelina de doña Pacita.
Después, pasó a la Escuela Graduada Aneja a la Normal de la calle Quintana y entre sus recuerdos de la niñez está el primer desfile del Día de América en Asturias. Fue desde la calle Uría.
Tras pasar por el Alfonso II, comenzó a trabajar en una empresa constructora donde «hicimos el edificio anejo a la Universidad y ubicado en la plaza de Porlier», pero recibió la convocatoria de la mili y le tocó en Zaragoza. Pasó por Droguerías e Industrias Reunidas Sociedad Limitada (Dirsa) y se jubiló en la Cristalería Garvés de la calle Rosal.
Todo ello lo compatibilizó, primero, con el Centro Asturiano. Formó parte del equipo de Pedro Pascual durante un mandato «y fundamos el grupo de Andarines con el que nos dedicamos a recorrer Oviedo». También participó en Quo Vadis hasta que en los noventa se creó la Asociación Astur-Leonesa de Amigos del Camino de Santiago.
Fue en la parroquia de San Lázaro de Otero, de la mano de don Celestino, y ya en 1993 consiguieron abrir el primer albergue de peregrinos gracias «a un convenio con el Ayuntamiento». De aquella era concejal Rodrigo Grossi, que después fue presidente de la entidad hasta su muerte, y en la memoria de Galán aún están presentes los inicios. «Cuando llegaba un peregrino lo festejábamos, era felicidad, teníamos unos cien al año».
Las instalaciones se quedaron pequeñas y «negocié con Iván de Santiago hasta que alquilaron el chalé de los Dominicos», pero el espacio volvió a ser un problema. «También se quedó pequeño hasta que nos trasladamos al Seminario». «Siempre digo que nos hacían poco caso, pero éramos pedigüeños y dábamos la lata. De esta forma se consiguieron cosas y ahora veo con orgullo la campaña 'Oviedo, Origen del Camino'».
Sin embargo, los problemas de salud le han afectado. Hace poco ha dejado de presidir la asociación en manos de Lourdes Campillo.
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