«Acogimos el coro joven de la Fundación Princesa y tenemos una cantera de 40 niños»

–Sí, siempre fui aficionada a la música. En mi casa hay estudios musicales por ambas partes y por empeño de mi abuela empecé a estudiar piano. De la mano del que fuera párroco de Llanes, don Luis Díaz, fui organista de la basílica, iniciamos el coro de niños de la parroquia y seguí siempre vinculada al coro parroquial al que vuelvo a cantar cuando puedo. Vine a estudiar Económicas a Oviedo y dejé la carrera de piano en séptimo, aunque mi asignatura pendiente siempre fue el canto. Cursé dos años con Celia Álvarez Blanco en el Conservatorio Profesional de Oviedo y sigo cantando cuanto puedo compatibilizar con mi profesión como asesora fiscal.

–¿Cómo llegaste hasta la Capilla Polifónica?

–Cantando un 15 de agosto en el coro parroquial de Llanes, me escuchó Julio, un 'pancarín' que como yo, participaba también cuando estaba por Llanes en el coro parroquial. En Oviedo él cantaba en la Capilla Polifónica y me propuso entrar en la agrupación, fue una ilusión muy grande y la posibilidad de seguir con el canto. Hice una prueba y en 2012 canté mi primera zarzuela: 'El Caserío'. Años después formé parte de la junta como secretaria siendo presidente Francisco González Álvarez-Buylla, nuestro 'Paquirri', que estuvo más de 30 años. Cuando lo dejó, por cercanía me propusieron asumir la presidencia, y ahí estoy desde 2019, con toda la ilusión y tratando de que esta gran familia siga siendo la agrupación de referencia en Oviedo, la que fue, es y esperamos siga siendo.

–No debió ser fácil tomar el relevo de Álvarez-Buylla.

–Desde luego, en un primer momento sentí mucho vértigo. No podía tomarse a la ligera una institución que estaba a punto de cumplir 50 años de existencia, con el reconocimiento que tenía en Oviedo. Fue y es una gran responsabilidad. Paco era un hombre muy querido, de buen talante, siempre con una sonrisa y con aquella expresión de ánimo: 'Coro, sois los mejores'. Su labor fue total, era el alma de la Capilla Polifónica. Luchó incansablemente por mantener la agrupación como coro titular del Festival de Teatro Lírico Español Teatro Campoamor, popularmente conocido como la Temporada de Zarzuela de Oviedo.

–Más de 50 años de historia ¿cómo es la salud del coro?

–Estamos en un buen momento, se trabaja duro y hay buen ambiente. No siempre fue fácil. La actividad principal del coro es esta participación en el Festival de Teatro Lírico gestionado desde la Fundación Municipal de Cultura y como es lógico los momentos políticos no son siempre iguales y con los mismos intereses. Ahora desde la Concejalía de Cultura se nos apoya mucho, eso se agradece y facilita mucho el trabajo.

–¿Con cuántas voces cuenta la agrupación coral?

–Tenemos una media de 50 coralistas y estamos iniciando la actividad de un coro joven que está naciendo. Es el antiguo coro joven de la Fundación Princesa de Asturias, que dedició no continuar con la actividad y por mediación de la concejalía de Cultura, nos pusieron en contacto y los acogimos en nuestra casa, es nuestra nota de color. Hay una cantera de más de cuarenta niños y muchos serán el futuro de la Capilla Polifónica.

–¿Cuál es el objetivo de la Academia Coral Sequentia?

–Dar continuidad al coro que era y ser nuestra cantera para el futuro, pero sobre todo con el objetivo siempre presente de la formación y una formación de calidad. La llamamos academia, no como centro educativo como tal, pero sí como lugar de formación de coralistas. Los niños no solo van a ensayar, tienen una formación coral con una calidad para que sean futuros cantantes.

–¿Le preocupa el relevo generacional?

–No demasiado, aunque como suelo decir, siempre hay que estar con la caña en mano. Dentro del coro hay un abanico grande de edades, más o menos entre dieciocho y setenta y pico años, por tanto contamos con una parte más estable de personas de mediana edad, y otra parte joven que evidentemente rota mucho por estudios y trabajo. Solemos hacer unas pruebas generales al comienzo del curso en septiembre; pero después, a lo largo del año, las nuevas solicitudes que van surgiendo se atienden, se van haciendo pruebas y se sigue incorporando gente.

–¿Es habitual que ocurra eso?

–Sí, hay un goteo por amistades, porque nos ven en el Festival, en los conciertos…, es un coro muy atractivo porque es un coro de escena, el hecho de cantar en el Teatro Campoamor evidentemente es un plus. Sentir los aplausos de un teatro como el nuestro abarrotado de gente, y compartiendo tablas con cantantes líricos profesionales de alto nivel, sabiendo que no eres más que un mero aficionado es algo absolutamente fantástico. Hay que tener en cuenta que somos un coro amateur, aunque hay miembros con estudios de canto, ninguno se dedica profesionalmente a ello.

–¿El Festival de Teatro Lírico es su principal actividad?

–Sí, sobre todo hacemos zarzuela pero somos un coro muy polifacético, trabajamos también otros repertorios: religioso, música asturiana, musicales… de hecho este año cantamos en la Noche Blanca en la Catedral con repertorio exclusivamente religioso. Es necesario cantar otros repertorios, forma parte del aprendizaje y de la diversión.

–¿Cuéntan con apoyo municipal?

–Nos sentimos arropados y queridos en el entorno de la Fundación Municipal de Cultura y de la propia concejalía a todos los niveles, pero al ser el coro residente del Festival de Teatro Lírico recibimos los fondos de ahí, no es una ayuda, es una contraprestación por el trabajo que se hace. A mayores, también recibimos contraprestaciones por cualquier otro encargo, ya sea en al ámbito público o privado, ya que somos una asociación privada.

–¿Cuál es el próximo proyecto?

–El día 25 de noviembre tendremos una pequeña intervención en el acto institucional del Día Internacional contra la Violencia de las Mujeres; el 22 de diciembre colaboraremos con la Banda de Música de Oviedo en un concierto en el Auditorio. Seguramente habrá alguna sorpresa navideña; y el próximo viernes 15 de noviembre presentaremos «oficialmente» a nuestro joven coro Sequentia en el Teatro Filarmónica. Y ya de lleno preparándonos para la edición XXXII del Festival de Teatro lírico Español Teatro Campoamor.

–¿Qué le parece las actividades culturales que hay en Oviedo?

–Es una ciudad riquísima, para perderse, porque tiene una oferta cultural enorme y de mucha calidad. Vienen músicos a nivel internacional de mucha altura y es una ciudad donde puedes disfrutar de un abanico muy amplio de posibilidades, desde la temporada de Ópera que es buenísima, hasta el Festival de Teatro Lírico Español, que es el segundo que hay en España y en el mundo. Queda el del teatro de la Zarzuela de Madrid y el de Oviedo. Están también los conciertos del Auditorio, la OSPA,… Es una ciudad llena de recursos y de posibilidades.