Un abanico de juramentos y promesas

Sorpresas cuando hay mayoría absoluta no se esperan, pero las anécdotas jalonaron la sesión. A grandes rasgos y salvo alguna equivocación fruto de los nervios del estreno, los del PP y Vox juraron su cargo; los del PSOE e IU, lo prometieron. Cristina Pontón, edil de IU, cambió la leyenda habitual en base «a un modelo de estado republicano y laico» y exhibió abanico con sus colores. Prácticamente a continuación, contrarrestó Sonsoles Peralta posando un crucifijo sobre la mesa y pidiendo «la ayuda de Dios» para servir como edil de Vox. Sonia Fidalgo, minutos después, enarboló el asturiano en su toma de posesión.

La emoción no faltó. Covadonga Díaz no pudo dejar de asomar una lágrima señalando al cielo en recuerdo a su padre recientemente fallecido; y las palabras de Alfredo Canteli se quebraron en el momento de agradecer el apoyo de su familia, parte de ella presente ayer.

Tampoco algún despiste cuando Gaspar Llamazares, que evitó encorsetarse en un discurso escrito, habló de su grupo «parlamentario». Un fallo, dijo con sorna al darse cuenta por «deformación profesional».

En un distendido ambiente, en el que hubo quien incluso echó de menos las gaitas, discurrieron las felicitaciones de los presentes a la nueva Corporación. Entre ellos, la delegada del Gobierno, Delia Losa; el delegado de Defensa en Asturias, el coronel Juan Luis González Martín; el jefe superior de la Policía Nacional en Asturias, el comisario principal Luis Carlos Espino Cruz; el arzobispo Jesús Sanz Montes; la cronista oficial de Oviedo, Carmen Ruiz-Tilve; los exalcaldes Antonio Masip, Agustín Iglesias Caunedo y Wenceslao López; la fiscal superior María Esther Fernández; la directora de la Fundación Princesa, Teresa Sanjurjo; el presidente y vicepresidente de la Cámara de Comercio, Carlos Paniceres y José Manuel Ferreira, respectivamente; el presidente de la Fundación Ópera de Oviedo, Juan Carlos Rodríguez Ovejero; o el presidente del Instituto Oftalmológico Fernández-Vega, Luis Fernández-Vega.