El 8x8 y el VAC dejarán 1.392 millones y un millar de empleos en Asturias: «Son datos impresionantes»

Esta es una de las principales conclusiones del informe de impacto elaborado por la consultora PISA, presentado durante la mañana de ayer en el hotel Palacio de Cristal del Calatrava durante un desayuno informativo al que, entre otras personalidades, asistieron el presidente del Principado de Asturias, Adrián Barbón; la delegada del Gobierno, Delia Losa; y el alcalde de Oviedo, Alfredo Canteli; así como representantes del Ministerio de Defensa, de otros ayuntamientos asturianos, parlamentarios nacionales y regionales, y una amplia representación del mundo empresarial de la región. Un informe presentado en cooperación con la Cámara de Comercio de Oviedo en el que se señala que los dos megaprogramas supondrán, si se ejecutan completamente, un impacto anual para el crecimiento económico y fiscal de Asturias de 283,5 millones de euros a partir de 2023, equivalentes al 1,34% al Valor Añadido Bruto (VAB) de la región.

La segunda conclusión tiene que ver con el empleo y es de similar magnitud. Y es que esos mismos dos proyectos contribuirían a lograr una carga de trabajo equivalente a cerca de mil empleos en Asturias. En concreto, 931 puestos de trabajo, entre directos, indirectos e inducidos, de los que 273 recaerán en la planta trubieca.

Son dos contratos enormes y de diferente repercusión. El del 8x8 es un programa valorado en 2.100 millones de euros. Del total, el alcance de Santa Bárbara asciende a 886,9 millones para la fabricación de 348 vehículos. El resto se reparte entre Indra, Sapa y Escribano. La producción se encuentra a pleno rendimiento. El VAC, por su parte, es un futurible, pero uno que casi se puede rozar ya con las yemas de los dedos. El 22 de agosto, el Consejo de Ministros autorizó al Ministerio de Defensa la celebración del contrato de suministro para dotar al Ejército de Tierra de 394 unidades del conocido como Vehículo de Apoyo a Cadenas por valor de 1.953,7 millones. A diferencia del 8x8, el alcance estimado de Santa Bárbara en este contrato pasaría de largo del 50%.

En concreto, según la directora ejecutiva de PISA, María Cabo, los dos programas de adquisición de Defensa tendrán un impacto directo -es decir, vinculado a Santa Bárbara Sistemas- de 1.069,2 millones de euros, entendiendo que el VCR contribuye con un 33% y el VAC lo haría en un 67% -si finalmente se adjudica al consorcio que lidera la empresa radicada en Oviedo-.

En términos de impacto indirecto en el ecosistema industrial asturiano, se prevé una generación de riqueza de 223,7 millones de euros y la creación de 386 puestos de trabajo vinculados a ambos programas, gracias al incremento en la actividad productiva que llevarán a cabo estas compañías como proveedores directos e indirectos de Santa Bárbara. En total, un impacto y contribución económica positivos de 1.391,9 millones de euros, de los cuales 1.350,2 millones serán de carácter estrictamente económico y 41,7 millones de naturaleza fiscal en Asturias.

Más cifras: se prevé que la ejecución de ambos programas tenga un incremento promedio del 21% en los ingresos de los proveedores asturianos y se estima que casi el 25% de los puestos de trabajo de estas empresas estarán vinculados a dichos contratos hasta 2027; el ciclo de inversiones productivas que realizará Santa Bárbara hasta ese momento asciende a 12,2 millones de euros y, en materia de innovación tecnológica, los redactores del informe esperan que se alcance un volumen total de 3,2 millones de euros en proyectos por parte de las empresas colaboradoras para amoldarse a las necesidades que generen estos programas.

Con este escenario, el clima del desayuno no podía ser más positivo. Abundaban sonrisas como la que lució en todo momento el presidente, Adrián Barbón. A su juicio, «los datos del informe son sencillamente impresionantes» y sostuvo con vehemencia que, gracias a estos dos contratos, «los talleres de Trubia se van a transformar en una lanzadera industrial para Oviedo y para Asturias». Programas que quiso ligar a la estrategia de captación de inversiones del Ejecutivo socialista y que, en parte, han podido llegar a término -al menos en el caso del contrato del 8x8, que en su día peligró- gracias a las labores de «diplomacia discreta» y negociación del Gobierno regional.

Así, Barbón concluyó manifestando que «el Ministerio de Defensa y Santa Bárbara han proporcionado una de las mejores noticias de la década en Asturias» y que «estas cifras suponen el mejor porvenir para los próximos años». Ahora, «seria imposible imaginar el mapa económico del Principado sin el empuje de las empresas de defensa lideradas de Santa Bárbara. La historia de la fábrica de Trubia por delante, con su pasado a cuestas, está plenamente acorazada para el futuro». Tanto, que tiene la carga de trabajo prácticamente asegurada hasta 2037.

Por su parte, el director general de la empresa, Juan Escriña, quiso dejar claro que «muy pocos países en Europa y en el mundo cuentan con diseños propios y capacidades de fabricación completas de vehículos blindados de cadenas y ruedas como Santa Bárbara», por lo que «hay que sentirse orgullosos». La compañía, agregó, «está ligada intrínsecamente a Asturias y contribuye a su desarrollo como empresa tractora», aunque también quiso tirar de romanticismo al recordar que la historia centenaria de la fábrica de armas está grabada a fuego en el corazón de Trubia y sus costumbres. «Estos nuevos contratos deben contribuir a consolidar una estrecha relación con su entorno industrial como lo demuestran las más de 200 pequeñas y medianas empresas asturianas que forman parte de nuestra cadena de suministro», aseveró convencido.

A su vez, el presidente cameral Carlos Paniceres admitió que «días como el de hoy nos llenan de auténtica satisfacción» y aseguró que el informe presentado ayer «resalta la importancia de Santa Bárbara en la industria de defensa asturiana. Un sector y una compañía que contribuyen a la generación de riqueza y empleo cualificado».