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Una de las principales ventajas del Vehículo de Combate sobre Ruedas (VCR) 8x8 Dragón, el blindado estrella del Ejército de Tierra que se produce en la fábrica de armas de Trubia, es su gran movilidad. Tess Defence, el consorcio de empresas que lidera Santa Bárbara Sistemas ... junto a Indra, Sapa y Escribano, ha difundido imágenes de las demostraciones con los vehículos para mostrar sus capacidades en terrenos complicados. Los resultados de este gigante de ocho ruedas ideado para movilizar la sección terrestre de las Fuerzas Armadas, positivos. El consorcio destaca que el vehículo, diseñado para priorizar la seguridad de sus ocupantes con un alto nivel de blindaje, «también ofrece protección a través de su notable agilidad», pues permite a las tropas desplazarse «eficientemente en terrenos difíciles y variados».
Al detalle, el 8x8 Dragón está equipado con un sistema de control de presión de neumáticos, suspensión ajustable en altura y un motor de alta potencia. Esto posibilita que pueda afrontar pendientes longitudinales con una inclinación del sesenta por ciento, superar obstáculos verticales de 0,8 metros, desplazarse por pendientes laterales con un treinta por ciento de inclinación, atravesar zanjas de dos metros y vadear aguas de metro y medio de profundidad.
El Dragón es un blindado de proporciones mayúsculas. Con unas dimensiones de 8,2 metros de largo por 2,9 metros de ancho. Tiene capacidad para nueve tripulantes (comandante, conductor, artillero y seis soldados), una velocidad máxima de 105 kilómetros por hora y una autonomía aproximada de 750 kilómetros gracias a un motor diesel de 550 caballos. Además de montar lanzamisiles y torres de 30 milímetros, es capaz de resistir minas antiblindados, incorpora un blindaje monocasco de acero soldado de última generación e incluye novedosos sistemas como uno de alerta por iluminación láser, un detector de disparos acústico, cámaras de visión panorámica de trescientos sesenta grados y sistemas de apoyo a la conducción con dos cámaras infrarrojas.
También es enorme la inversión que está realizando el Ministerio de Defensa. El precio de las primeras 348 unidades, cuya fabricación integral se lleva a cabo en la planta trubieca de Santa Bárbara y de las que 92 serán entregadas en diciembre al Ejército, pasa de largo de los 2.500 millones de euros. También es un potente generador de empleo en la villa cañonera y para el grueso de Asturias, donde tira del carro de una extensa industria auxiliar de la defensa formada por dos centenares de empresas.
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