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La plaza cubierta del mercado de El Fontán, con los puestos exteriores. FOTOS: ALEX PIÑA
500 años del permiso de Carlos V para organizar un mercado franco

500 años del permiso de Carlos V para organizar un mercado franco

Autorización. Dos años después del incendio que destruyó Oviedo en 1521, el emperador otorgó la concesión de abrir los puestos El Fontán; y hasta hoy

Susana Neira

Oviedo

Domingo, 10 de septiembre 2023, 21:32

Tras el gran incendio que destruyó la ciudad en la Navidad de 1521, casi dos años después el emperador Carlos V autorizó, para superar los enormes daños y pérdidas causados por el fuego, un mercado franco en Oviedo. Ese día, el de la concesión, fue el 10 de septiembre de 1523, tal día como hoy, de hace quinientos años. Un mercado a celebrar cada jueves en la zona de El Fontán, «lugar ocupado por una laguna desecada, siendo su último vestigio el actual Caño del Fontán», que ha llegado hasta hoy.

Una cita a la semana que con el paso de los siglos se ha ampliado, hasta convertirse en lo que es hoy el actual mercado exterior y el de todos los días, bajo techo, en la plaza de abastos. Este último un edificio fue obra del arquitecto provincial Javier Aguirre y abrió sus puertas en 1885. Tras haber sido uno de los primeros mercados en reformarse a nivel nacional en 1994 -el año que viene se cumplen cuatro décadas- pasó a ser gestionado, al igual que el rastro dominical más tarde, por la empresa concesionaria Mercado El Fontán S. A.

Un lugar de referencia para la compra de los ovetenses y cada vez más, en los últimos años, parada obligada para los turistas. Con cuarenta y cinco puestos fijos y diecinueve exteriores entre la calle Fontán y Fierro que generan 532 puestos de trabajo, según la memoria municipal de Comercio y Mercados del pasado año. Que si mira al futuro se enfrenta a una reforma importante -está previsto financiar con fondos europeos su digitalizacón o su ampliación como mercado gastronómico- y al que dan vida, desde hace quinientos años, los trabajadores que cada mañana madrugan para abrir sus puestos de carne, pescado, fruta, pan, charcuterías, queserías o flores.

María Jesús Menéndez, entre ellos, lleva treinta y cuatro años en El Fontán. Ahora está a punto de cumplir los 65 años «aunque no me pienso jubilar, voy a seguir un poco más porque los hijos no quieren». La acompañaron en el mercado un tiempo, pero han optado por otros trabajos. Ella, en cambio, lleva toda la vida, aunque en distintos emplazamientos: «Empecé dentro, donde la fuente, luego pasé al pasadizo y ahora en la principal». Entra a las ocho de la mañana y recoge a las tres de la tarde su puesto de flores, plantón y plantas arománicas, «que las hago yo». «Siempre hay gente, aunque unos días más flojos y otros menos; y luego tenemos algunas fechas señaladas y juego con la mercancía».

En el interior, José María Alonso regenta Quesos Paulino: «Llevamos aquí desde el año 59. Mis padres, Paulino y Sebastiana, eran de la provincia de Valladolid, de un pueblo al lado de Villalón de Campos, y existían muchos queseros». De ahí es el queso de Villalón. Su abuelo empezó a vender en Oviedo, luego su padre y cuando se casó, cogió puesto en El Fontán. José María lleva desde guaje: «O estudiabas o a trabajabas y yo con 15 años empecé a trabajar fijo». Lleva cincuenta y un años y «todo ha cambiado mucho, no tiene nada que ver con el mercado de ahora, pero tiene mucho futuro». Al menos, otros 500 años.

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