José Cezón
Lunes, 15 de mayo 2017, 16:34
Sucedió el pasado 27 de abril en la senda peatonal Fuso de la Reina, de Oviedo, cuando algún desalmado arrojó un saco al cauce del río Nalón, que no llegó a caer al agua. En el interior había una bolsa de plástico de supermercado, que contenía seis cachorros de perro vivos, de los que dos murieron como consecuencia del fuerte impacto.
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Alguien debió presenciar la maniobra y alertó a los nuevos gestores del albergue municipal de La Bolgachina, que se hicieron cargo de la camada provisionalmente. Pero como sus instalaciones no reúnen las condiciones para cuidar animales tan pequeños, se pusieron en contacto con la asociación sierense Espertar Animal, con la que colaboran habitualmente, que les buscó una familia nodriza en Noreña.
Se trata de las hermanas Patricia y Lucía López Pérez, que hace tres semanas se habían ocupado de la lactancia de dos pastores alemanes, que también les cedió la asociación, y que con anterioridad habían criado, a título particular, cuatro ejemplares Yorkshire de tan solo 50 gramos de peso, lo que les proporcionó una gran experiencia. «Suele haber muchas dudas entre las nodrizas y la asociación ayuda mucho, pero nosotros las resolvemos», explican. Esta acogida temporal conlleva también un sacrificio. Patricia reside en La Felguera y ahora se tiene que desplazar a su casa familiar de Noreña para cuidar de los pequeños.
Los nuevos inquilinos de esta vivienda de la villa condal, dotada de una terraza enorme, son dos machos y dos hembras, que se cree que son de raza mastín. Los cachorros pasaron un reconocimiento veterinario, ya que uno presentaba un golpe y otro una herida en una pata, y solo dieron algo de guerra durante la primera noche, pero ya se han adaptado a este hogar circunstancial. «Son como bebés, exactamente iguales: comen, hacen caca y pis y se ponen a dormir», explican. Para las primeras deposiciones, tuvieron que estimularles, «pero luego ya quieren hacerlo ellos solos».
Cada cachorro consume dieciséis sobres diarios, en cuatro o cinco tomas, de leche maternizada de una marca especial, que no resulta fácil de adquirir. Primero, mezclada con calostro y luego normal. Esa ingesta supone un coste de, al menos, ocho euros al día por cánido. La camada permanecerá en la vivienda hasta que les salgan los dientes y empiecen a comer de forma autónoma, lo que sucederá en un plazo de tres semanas a un mes. Luego se trasladarán a una casa de acogida, o bien se entregarán en adopción.
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Los gastos de alimentación y veterinario los asume la asociación Espertar Animal, que se nutre de las donaciones de particulares y de diferentes actividades para recaudar fondos. En este momento, se ocupan de una veintena de perros y de cuatro gatos, que están repartidos por viviendas de colaboradores. Esta misma semana entregaron en La Pola dos perros, uno fue a una casa de acogida y otro en adopción definitiva.
Camadas en contenedores
Lo que ocurrió en la senda peatonal de Oviedo no fue un episodio aislado. Según explica Patricia Castellanos, de Espertar Animal, se han dado tres casos más de camadas arrojadas vivas a contenedores de basura. Dos en Lugones, que llegaron a la asociación a través de la Policía Local de Siero. Y otra en Bimenes, que lo gestionó directamente su alcalde, Aitor García.
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Los primeros auxilios a un perro abandonado vacunación y desparasitación cuestan alrededor de 150 euros. «Y eso si no se pone malo», apunta Castellanos. Y las cantidades se incrementan si se trata de gatos. «Solo este año llevamos gastados más de mil euros en tres gatos», comenta. Varias clínicas veterinarias prestan gran ayuda a la asociación y también recogen donaciones de leche.
Castellanos recomienda a todos los propietarios de animales que procedan a su esterilización para evitar reproducciones indeseadas, así como la instalación del correspondiente chip, «que es obligatorio por ley».
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La asociación se ve desbordada, al igual que el centro de acogida de El Xelán, que es el que presta el servicio para el Ayuntamiento de Siero, de ahí su incesante reclamación de un albergue municipal. A finales de abril, Espertar Animal presentó 3.125 firmas en el registro general de Siero demandando ese equipamiento, que ya fue aprobado por el Pleno. Sin embargo, el presupuesto municipal del presente ejercicio tan solo reserva una partida simbólica para redactar el proyecto.
El concejal del área, César Díaz, ha explicado que el Ayuntamiento está buscando una ubicación idónea para el albergue, que deberá estar alejado de zonas habitadas. Y cifró su coste en unos tres millones de euros.
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