«Excavar en la Catedral nos daría las claves para reinterpretar lo construido»

«El gran reto de la Catedral de Oviedo es que se excavara en el interior, con la extensión de todo el solar. Nos daría las claves para reinterpretar lo que conservamos construido». Con esta propuesta finalizó ayer el profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona Eduardo Romero la conferencia que impartió en el Ridea (Real Instituto de Estudios Asturianos), titulada 'Un vacío de siglos. Las fases románicas de la Catedral de Oviedo'.

El docente, que también lo fue de la Universidad de Oviedo durante seis años, defendió que «hubo un proyecto de Catedral románica» que no se llevó a cabo, como se desprende del hallazgo de varios relicarios enterrados junto a la torre vieja del templo datados en el siglo XI o en el XII. A ello se unen vestigios como el del propio pináculo (también del siglo XI) o los fragmentos conservados románicos del claustro. Unos vestigios que, a su juicio, se encuentran en un «estado estupendo».

El Patio de Cartón (también conocido como Prau de Pachu el Campaneru), la cripta de Santa Leocadia y la torre de San Miguel, junto con la propia Cámara Santa y una estructura cuadrangular aledaña también son anterior+es al proyecto de Catedral gótica que finalmente se llevó a cabo y se conoce hoy.

«Tenemos que pensar que hubo obras desde el siglo IX hasta el XIV, con los intentos de la capilla de Gutierre de Toledo que son el primer paso de la Catedral gótica», afirmó el profesor. Para averiguar más al respecto, aunque es consciente de que sería «costosísimo», Carrero defiende la bondad de las prospecciones en el subsuelo: «Se hizo en varios sitios como la catedral de Zaragoza, Santa María de Victoria o Pamplona, donde arrojó muchísima luz. Nos quedamos de piedra».

El Arca Santa

El profesor, al filo de la actualidad, contestó a si las excavaciones aclararían algunos de los misterios del Arca Santa: «Si tuviéramos la planta de la Catedral en fechas anteriores, sabríamos cómo fueron las relaciones entre el edifico y la Cámara Santa. Tenemos testimonios documentales que permiten asegurar que estaban unidos, tendríamos que ver cómo y cuándo se producen».

Carrero se adhirió a la tesis, defendida por su colega Raquel Alonso, de que el Arca Santa, además de ser el relicario que contenía el Santo Sudario, también fungió como altar en los primeros siglos de lo que entonces era la capilla de San Miguel.

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