El PP insiste en que el Tribunal de Cuentas no halló daño contable

El PP reaccionó ayer a la apertura del expediente con violencia verbal y pidiendo la dimisión del alcalde. En unas declaraciones de su portavoz adjunto, Gerardo Antuña, tachó al regidor de «siervo de Somos», «cobarde» y «miserable» y le acusó de usar su cargo «para hacer cacerías contra sus oponentes políticos».

Antuña se preguntó si «¿alguien se puede creer que todas las supuestas -y por supuesto falsas- responsabilidades fueran solo políticas?» y si «¿el Tribunal de Cuentas, que ya analizó estas cuestiones, tiene menos conocimientos legales que este desnortado personaje? ¿O es que no tiene la hombría para empezar también la persecución de los funcionarios relacionados con este expediente?».

Antuña acusó a López de haber presionado a los funcionarios «para que hicieran informes a su gusto para seguir su persecución contra Caunedo. Y como no han conseguido doblegarlos, este personaje sin moral, dignidad ni conocimiento asume el papel de juez y fiscal y señala, como los nazis en los campos de concentración, uno a uno a quien quiere ver fusilado o gaseado».

Es, en opinión del popular, una indecencia excesiva hasta para «este heredero de la frustración que fue incapaz de ganar a Masip y que es alcalde porque Somos consideró que era el más manejable». «El Tribunal de Cuentas (en 2011) ya se ha pronunciado sobre este tema y ha dicho clara y tajantemente que no ha lugar a responsabilidades patrimoniales», añadió el portavoz adjunto de los populares, «ningún funcionario del Ayuntamiento ha dicho lo contrario».

«Payasada»

El portavoz mostró su convencimiento de que su grupo podrá «demostrar que todo esto es una payasada» del equipo de gobierno que lidera el socialista «para ocultar su inutilidad política y de gestión. No han hecho nada positivo por Oviedo. Lo suyo es mentir, acosar y perseguir a quienes pueden devolverles al abismo del que nunca debieron salir».

«Resulta difícil, pero nunca hubo peores personas, tan mala gente, en la Corporación de Oviedo», concluye, «y es que la maldad anida incluso entre los payasos».

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