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Idoya Rey
Sábado, 4 de febrero 2017, 01:25
Meses de investigación, cientos de coches rastreados y decenas de cámaras de vigilancia examinadas han servido a la Policía Nacional para detener a un hombre por violar presuntamente a una mujer y abusar de dos niñas, de 12 y 14 años. El arrestado, un hombre de 37 años, ya está encerrado en la prisión de Villabona. La jueza de Instrucción número 4 ha decretado para él prisión provisional, comunicada y sin fianza, aunque el caso está lejos de cerrarse. La Policía Nacional sospecha que puedan aparecer nuevas víctimas que hasta ahora no han denunciado.
El violador solía actuar en las inmediaciones del parque del Oeste y en el barrio de Vallobín, según explicaron fuentes cercanas al caso. Allí, el pasado mes de abril, se produjo una agresión sexual a una joven de 28 años. Esa fue la primera denuncia que llegó a la comisaría. La víctima relató que al volver de una noche de fiesta fue asaltada en el portal de su domicilio. El agresor intentó forzarla y la sometió a tocamientos y otro tipo de agresiones sexuales. Esa alarma puso en marcha una investigación para determinar el perfil del violador y establecer rasgos de comportamiento, algo que permitió vincular esta denuncia a otras dos que llegaron a los pocos meses.
Dos menores de edad, de 12 y 14 años, fueron víctimas en esa zona oeste de la ciudad de dos agresiones sexuales. El detenido, supuestamente, las siguió al mediodía cuando regresaban de sus colegios. Eligió a dos niñas vestidas con uniforme escolar y las asaltó de nuevo en los ascensores de sus casas. El abusador se introducía con las niñas en el portal y tras entablar conversación con ellas les pedía que le ayudasen a atarse los zapatos porque tenía problemas en las espalda. Cuando las niñas accedían a ayudarle, aprovechando que se agachaban, el hombre las sometía a tocamientos.
Varios rasgos comunes del modus operandi y la descripción física descrita por las víctimas de las tres agresiones pusieron a los investigadores sobre la pista: podía tratarse del mismo delincuente. Según explicaron fuentes cercanas al caso, el patrón de comportamiento, la edad y la periodicidad de las agresiones podrían apuntar a los primeros movimientos de un «depredador sexual».
Una pista esencial
Las dos menores, víctimas del abuso sexual, ofrecieron a los investigadores una pista que fue crucial para dar con el presunto violador. Vieron en las inmediaciones de sus casas, justo antes de sufrir las agresiones, como se acercaba un vehículo de una determinada marca, modelo y color, un coche que además presentaba unas características particulares. Los agentes establecieron durante meses dispositivos de control y revisaron cientos de vehículos que se ajustaban a la descripción ofrecida por las niñas. A la vez iban apareciendo otras pruebas que condujeron a la localización del coche del supuesto agresor.
Los agentes no perdieron de vista el vehículo con un dispositivo de vigilancia permanente hasta descubrir al conductor habitual, un hombre que respondía plenamente con las características aportadas por las víctimas. La prueba que faltaba llegó con su identificación por parte de las víctimas. Las tres le reconocieron fotográficamente y «sin ningún género de dudas». Fue arrestado el pasado lunes. El hombre no prestó declaración en las dependencias policiales desde donde tres días más tarde fue trasladado hasta los juzgados.
El arrestado pasó a disposición judicial el jueves. Ofreció su versión de los hechos ante la magistrada titular del Juzgado de Instrucción número 4. No ha trascendido nada sobre su testimonio, tras el cual la jueza, a petición de la Fiscalía, decretó prisión provisional, comunicada y sin fianza para el hombre. El Ministerio Fiscal fundamentó su decisión en la gravedad de los hechos que llevaron a su detención. Sin perjuicio de que durante la instrucción de la causa se modifique la calificación, el fiscal considera que el detenido podría ser autor de un delito de agresión sexual y de dos delitos de abuso sexual a menores de 16 años, una edad que agravaría la pena en caso de que sea declarado culpable. El Ministerio Público apreció tras la declaración del detenido la existencia de indicios racionales para atribuirle los tres delitos por los que se le investiga y reclamó prisión teniendo también en cuenta la posibilidad de reincidencia del arrestado. Fue enviado a la prisión de Villabona.
En el centro penitenciario permanece desde el jueves. Ayer fue trasladado desde el módulo de ingresos a la Unidad Terapéutica y Educativa y se le ha aplicado el protocolo de prevención de suicidios, como es habitual en los nuevos ingresos, máxime con esta tipología delictiva.
Con el sospechoso ya en prisión, los agentes de la Policía Nacional siguen trabajando para tratar de localizar a nuevas víctimas. Dicen que tras esa investigación que supuso «un inmenso trabajo» hay indicios de que puedan existir otras menores que hayan sufrido abusos sexuales con el mismo patrón de comportamiento.
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