Ana Taboada, Wenceslao López y Cristina Pontón, ante la fábrica de armas trubieca.

El alcalde ve «difícil» que Defensa devuelva los fondos de la fábrica de armas a Oviedo

Reconoce que es «imposible» saber cuándo se podrá hacer el anunciado centro de interpretación de la industria militar

Gonzalo Díaz-Rubín

Viernes, 23 de septiembre 2016, 01:48

Minutos antes de las cinco de la tarde, tres furgones con las lunas tintadas entraron en la fábrica de armas de Trubia. A bordo, la dirección de Santa Bárbara Sistemas. Minutos después, llegaba a la puerta el alcalde, Wenceslao López, acompañado de la vicealcaldesa, Ana Taboada, y la portavoz de IU, Cristina Pontón. En este lugar, el regidor reconoció que es «imposible» poner una fecha al anunciado centro de interpretación de la industria militar. Uno de los motivos declarados de la visita era conocer los dos edificios propuestos por el Ministerio de Defensa para el equipamiento y conocer su estado, para lo cual participaron tres técnicos municipales. Tras el recorrido, fuentes de Alcaldía, explicaron que el laboratorio necesitaría que se crease un acceso independiente y ser segregado del resto de la finca, mientras que en los talleres, por estar situados al otro lado de la carretera, no haría falta.

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Sobre el contenido del centro de interpretación, el alcalde avanzó que podría incorporar la biblioteca de la fábrica, así como «instrumental, mobiliario y diferentes bienes muy importantes». ¿Y los fondos documentales que estos días está trasladando Defensa a Madrid? López reconoció que el único compromiso del ministerio es que «se va a facilitar una copia de los mismos, pero no los documentos. Que los documentos vuelvan a Oviedo no está en ningún sitio. Hablando claro, es difícil. No existe compromiso verbal o por escrito».

En cualquier caso, tampoco volverían a Trubia: «El lugar más adecuado, por condiciones de conservación, sería el Archivo Histórico», en la antigua cárcel. Subrayó que los documentos «no estaban en muy buen estado» y que el ministerio lo que hace es cumplir la ley, trasladándolos para su digitalización y conservación.

«Visita histórica»

La líder de Somos Oviedo, Ana Taboada, calificó de «histórica» la visita, pero puso el acento en criticar que la empresa se haya olvidado de los 55 trabajadores que perdieron su empleo en el ERE. «Se están ofertando puestos de trabajo y dando formación, cuando hay gente que tiene la formación y a la que no llaman», reivindicó. Tan 'histórica' fue la visita que asistieron también la directora general de Patrimonio, Otilia Requejo; el concejal de Urbanismo, Nacho Fernández del Páramo; los dos concejales de Ciudadanos, Luis Pacho y Luis Zarazoga; y la edil Cristina Fernández, por el PP.

También de «casi histórica» calificó la portavoz de IU, Cristina Pontón, la posición de su grupo municipal en defensa de la readmisión de los despedidos de la fábrica, a la vez que celebró «poder tener información de primera mano» sobre el futuro de los trabajadores y de los documentos, porque «sería comprensible que, una vez separado el polvo de la paja, pudieran volver a Oviedo».

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La misma trascendencia le quiso dar el alcalde al destacar la importancia de la fábrica para la historia de Oviedo y de Asturias, al ser la más antigua aún en activo: «Son 200 años, hablamos de la Revolución Industrial». La visita, insistió, era obligada por el vínculo de la factoría con Oviedo y por los trabajadores despedidos, con los que, recordó, existe un compromiso municipal de mediar ante la dirección de la empresa para lograr su readmisión. «Hay un cierto repunte de los contrato y nuevas actividades, como la fabricación de municiones», señaló en referencia a los distintos encargos logrados o por los que pelea General Dynamics para los ejércitos británico, danés o español.

Inicialmente, el recorrido solo comprendía los dos edificios propuestos por Defensa para el centro de interpretación, pero la comitiva visitó la zona de producción, la biblioteca, la residencia de oficiales y, fuera del recinto, los chalés de la calle Suárez Inclán, de propiedad municipal. El alcalde habló de aunar esfuerzos entre las tres administraciones.

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De los locales visitados ayer, pocas alegrías. El laboratorio está prácticamente en ruina; la nave almacén tiene la techumbre hundida. Todos presentan dificultades y grandes. El primero, porque necesitaría un acceso nuevo desde la estrecha carretera de Villarín, un muro que lo separase de la factoría y, tal vez, derribar una residencia de ingenieros. El segundo, porque según los técnicos municipales está más que probablemente en terreno inundable y la Confederación Hidrográfica no daría permiso para las obras.

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