ROSALÍA AGUDÍN
Martes, 20 de septiembre 2016, 01:46
Chema Gómez tuvo que retirar la terraza de su restaurante, El Fondín de Trascorrales, el sábado a las 23.30 horas. En esta ocasión, no se trata de una exigencia más del plan de seguridad, sino del botellón que inundaba la plaza. El viernes, día del pregón, había decidido desde primera hora no ponerla. La razón es que este emplazamiento se empezaba a llenar de gente y no quiso tener problemas. «El sábado por la tarde decidí llamar a la Policía Local y no nos hicieron caso. Llegamos a contactar con ellos cuatro veces y en la última nos dijeron que no iban a acudir», explica desde una de las mesas de su bar.
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Pero él no fue el único hostelero al que le afectó esta situación. Iván Gasalla es propietario del establecimiento El Gato Negro. A lo largo del fin de semana, estuvo controlando el botellón y que la gente no miccionase en la calle, ya que si esta situación ocurre el reguero llega a los pies de los clientes, al ser un lugar cuesto. Afirma que hizo de «policía», pero no tuvo ningún conflicto con las personas a las que llamó la atención.
Una vez que ambos retiraron la terraza, el botellón llegó hasta la puerta de ambos establecimientos. Se vieron obligados a cerrar la verja para evitar que los jóvenes entrasen al baño o les pidiesen hielos. Estos hosteleros tienen una solución a este conflicto: crear un sitio en el que se pueda beber.
Gómez propone El Campillín y Gasalla, los bajos del estadio Carlos Tartiere. «Instalas allí un bar donde se venda hielo y así concentras toda la basura qu se genera en este lugar». Respecto a este tema, ambos destacaron la labor del servicio de limpieza, ya que cuando regresan a sus respectivos establecimientos, a eso de las diez de la mañana, no hay ni un rastro de vidrio, vaso de plástico o bolsas de hielo.
Ante esta situación, el concejal de Seguridad Ciudadana, Ricardo Fernández, afirmó que la ordenanza establece que «no se puede consumir alcohol en la vía pública» pero hay varias excepciones, entre ellas las «fiestas patronales». Además, destacó que los municipales se están centrando en que los menores de edad no consuman alcohol.
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Otro de los establecimientos que se ha visto obligado a quitar su terraza es El Ovetense. La razón es que esta calle es una de las vías de evacuación de la Catedral, si ocurre una emergencia. El Ayuntamiento comunicó esta restricción a los propietarios, la jornada de antes del pregón, es decir, el jueves y la deben quitar a partir de las ocho de la tarde.
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