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MARTA IZQUIERDO
Miércoles, 23 de marzo 2016, 03:06
«Estos últimos cuatro años han sido duros. Ahora tenemos 30 millones menos que los que teníamos en 2010. Pero había compromisos ineludibles que teníamos que cumplir, entre ellos, la obra de este edificio». El discurso que ayer pronunció el rector, Vicente Gotor, en el acto oficial por el que se reabrió el Palacio Bernaldo de Quirós, uno de los más emblemáticos edificios de la Universidad, destilaba despedida y también un cierto alivio. Respiraba Vicente Gotor por ver por fin rehabilitado un inmueble adquirido en 1980 y en el que no se intervenía desde hace 30 años. Tenía «grandes deficiencias en la cubierta y en la fachada», tal y como describió ayer el arquitecto de la obra, José Bárcenas. De hecho, el rector confesó que «podría haber habido algún susto por las deficiencias». La rehabilitación se extendió a lo largo de ocho meses, durante los cuales «hubo alguna crisis», según reconoció el rector en alusión a las inundaciones que acaecieron durante la intervención y que obligaron al traslado de las 80 personas que trabajan en el edificio, que es sede del Consejo Social, del Registro Central y de la Gerencia de la Universidad.
«Mereció la pena»
«Agradezco al Gobierno del Principado que nos cediese sin coste la Procuraduría», el inmueble autonómico situado en la misma plaza del Riego en donde se halla el palacio, a donde tuvo que ir parte del personal del inmueble universitario. Otro grupo se trasladó a la biblioteca de la Universidad, en el Edificio Histórico. «A lo mejor, el personal dice dentro de unos meses que el sacrificio mereció la pena», apuntó Gotor.
La obra ha absorbido una inversión de 829.079 euros. Se han rehabilitado las fachadas principal y de la calle Pozos, con la recuperación de cercados, escudos, cornisas y elementos de sillería. «La fachada posterior era un espacio totalmente residual, muy maltratado, con construcciones auxiliares de planta baja que se han eliminado». De hecho, a partir de ahora, se podrá acceder a través de ella al interior del inmueble por una puerta habilitada en la antigua carbonera. El lustre que se le ha dado a esa portada permite leer sin problemas el lema que incorpora uno de los escudos: 'Después de Dios, la Casa de Quirós'. Además del lavado la cara, ha habido 'cirugía' interna. Consistió en la instalación de un ascensor entre la planta baja y la tercera. En la obra del palacio, del siglo XVIII, no ha faltado la incorporación de elementos modernos, como la luz led incrustada en la barandilla de madera de su añeja escalera.
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