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«Pasear por el entorno de el fontán me llena de vida»

«Pasear por el entorno de el fontán me llena de vida»

PPLL

Domingo, 14 de febrero 2016, 09:32

Corrían los años 50 cuando María José Quiroga, presidenta de la asociación de Amas de Casa de Asturias, recorría las calles del entorno de El Fontán, el Ayuntamiento y de Magdalena. «Mis tíos tenían un piso en esta calle, justo encima de donde se ubica hoy Almacenes Uría y en él me pasaba parte de mis vacaciones escolares», rememora. Quiroga recuerda las tardes de juego con sus primos. «Eran mayores que yo, así que me lo pasaba muy bien con ellos». De la plaza de El Fontán Quiroga recuerda cómo la impresionaba, «Yo nací en Trubia, allí había plaza de abastos, pero muy pequeña. Cuando venía a la de Oviedo me parecía enorme». Como un palacio, por sus dimensiones, recuerda María José el piso de sus tíos en la calle de La Magdalena. «Tenía un pasillo que cuando llevabas la sopa de la cocina al salón se te enfriaba», ríe mientras lo cuenta. «El piso contaba con siete habitaciones que mis tíos alquilaban a estudiantes y trabajadores que llegaban de otras zonas de Asturias». Quiroga explica que su tío era un mutilado de la guerra civil. «No cobraba pensión porque, a pesar de ser un herido de guerra, luchó en el bando republicano. Por este motivo alquilaban las habitaciones, necesitaban ingresos y trabajar mucho para sacar a la familia a flote». Años después, sus tíos y primos se mudaron al barrio de Otero.

A finales de la década de los 50, María José Quiroga y sus primos corrían por la plaza del Ayuntamiento con toda la libertad que da la infancia. «Entrábamos en la iglesia de San Isidoro a escuchar la misa. Siempre recodaré el olor a humedad que desprendía su interior». Tras escuchar la eucaristía era el momento de corretear por El Fontán. «Todavía hoy cuando paseo por esta zona recuerdo aquellos años. Me llena de vitalidad pasear por estas calles». Quiroga confiesa que «sigue siendo un rincón muy entrañable».

Anécdotas tiene muchas de aquellos años. Quiroga recuerda una con un cariño especial. «Por aquél entonces existía un teatro itinerante, el teatro Argentino. Ofrecían un espectáculo subido de tono para la época». Se trataba de chicas de cabaret, explica María José. «Yo quería ir a verlas, pero no me dejaban porque era pequeña. Mis primos pensaron que si me maquillaban un poco pasaría desapercibida», recuerda. «El problema fue que cuando íbamos a salir de casa, se nos olvidó quitarme los calcetines infantiles que llevaba. Eso me delataba como la niña que era». Quiroga cuenta que se los quitaron y le pusieron unas medias. «Fue la primera vez que usé pantis».

Y así recuerdos, anécdotas y vivencias van componiendo la historia de esta mujer que lleva ya 12 años como presidenta de la Asociación de Amas de Casa de Asturias. «No vamos con rulos ni bata de boatiné. Realizamos muchas actividades de carácter social, de formación y cultural», reivindica Quiroga de una asociación que lleva funcionando 50 años.

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